La economía estadounidense creció más de lo previsto para este semestre tras un año de carestía en el mercado.
El Producto Interior Bruto aumentó un 1,3%, gracias al gasto del consumidor y al avance en las exportaciones, según un informe del Departamento de Comercio, que ha registrado un alza en su tercera estimación para el trimestre, para el que preveía un crecimiento del 1%.
La revisión de estos pronósticos alienta las expectativas de los economistas, tras el fracaso acontecido en los meses anteriores con retrocesos en la economía y permitió al gobierno volver a la estimación original.
La economía se expandió a una tasa del 0,4% en los primeros tres meses del año. Mientras que el ingreso doméstico bruto se elevó un 1,3% en el segundo trimestre, tras incrementarse un 2,4% en el primero.
El reporte también se reflejan las ganancias corporativas, que crecieron a un ritmo del 4,3% entre abril y junio, el mayor aumento en un año.
Con estos datos se da por superada la crisis presupuestaria de Washington y los temores más angustiosos por la profundización de la crisis en la eurozona.
El crecimiento del gasto del consumidor fue revisado al alza a una tasa del 0,7% desde un 0,4%. El incremento del gasto, que representa más de dos tercios de la actividad económica de Estados Unidos, siguió siendo el más lento desde el cuarto trimestre del 2009.