El presidente Barack Obama y el líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, se volvieron a reunir cara a cara este lunes durante 45 minutos en la Casa Blanca en un nuevo esfuerzo por evitar que el país caiga a un “abismo fiscal”.
Las negociaciones para que el 1ro. de enero no entren en vigor automáticamente una subida de impuestos y se reduzcan dramáticamente los gastos del gobierno llevan semanas estancadas, y el asunto más controvertido parece estar ahora en la cifra en que debe fijarse como techo de la deuda nacional.
En su última propuesta a la Casa Blanca, Boehner cedió parcialmente en la exigencia del presidente de que los ricos deben pagar impuestos más altos, al aceptar que el aumento se aplique a quienes perciben ingresos superiores al millón de dólares anuales (Obama ha propuesto subirlo a las familias que ganan más de $250 mil dólares).
Sin embargo, la oficina de Boehner precisó que los republicanos consentirían hacerlo con la condición de que el techo de la deuda nacional sea elevado sólo si Washington reduce sus gastos en una cantidad mayor que ese incremento.
Boehner está pidiendo recortar los gastos gubernamentales en un billón de dólares durante la próxima década de programas subvencionados como el Medicare (seguro de salud pública para los mayores de 65 años). Y busca elevar los ingresos en $450 mil millones subiendo de 35 a 39,6 por ciento la tasa de impuestos a los que tengan ingresos superiores al millón de dólares.
Mientras el presidente Obama encontraría oposición entre muchos demócratas a hacer grandes recortes al Medicare, aun cuando el propio Boehner consiga reducir en un billón de dólares los gastos del gobierno, algunos republicanos quisieran que fuera cediendo en el tema de los aumentos tributarios y no a cambio de incrementar el techo de la deuda.
Los republicanos de la Cámara de Representantes han sido sometidos a presión por sus correligionarios del Senado que les recomiendan que cedan a la exigencia de Obama para reducir impuestos y luego presionen por más recortes adicionales el año entrante a cambio de un incremento en el límite para un mayor endeudamiento de Estados Unidos.
Las negociaciones para que el 1ro. de enero no entren en vigor automáticamente una subida de impuestos y se reduzcan dramáticamente los gastos del gobierno llevan semanas estancadas, y el asunto más controvertido parece estar ahora en la cifra en que debe fijarse como techo de la deuda nacional.
En su última propuesta a la Casa Blanca, Boehner cedió parcialmente en la exigencia del presidente de que los ricos deben pagar impuestos más altos, al aceptar que el aumento se aplique a quienes perciben ingresos superiores al millón de dólares anuales (Obama ha propuesto subirlo a las familias que ganan más de $250 mil dólares).
Sin embargo, la oficina de Boehner precisó que los republicanos consentirían hacerlo con la condición de que el techo de la deuda nacional sea elevado sólo si Washington reduce sus gastos en una cantidad mayor que ese incremento.
Boehner está pidiendo recortar los gastos gubernamentales en un billón de dólares durante la próxima década de programas subvencionados como el Medicare (seguro de salud pública para los mayores de 65 años). Y busca elevar los ingresos en $450 mil millones subiendo de 35 a 39,6 por ciento la tasa de impuestos a los que tengan ingresos superiores al millón de dólares.
Mientras el presidente Obama encontraría oposición entre muchos demócratas a hacer grandes recortes al Medicare, aun cuando el propio Boehner consiga reducir en un billón de dólares los gastos del gobierno, algunos republicanos quisieran que fuera cediendo en el tema de los aumentos tributarios y no a cambio de incrementar el techo de la deuda.
Los republicanos de la Cámara de Representantes han sido sometidos a presión por sus correligionarios del Senado que les recomiendan que cedan a la exigencia de Obama para reducir impuestos y luego presionen por más recortes adicionales el año entrante a cambio de un incremento en el límite para un mayor endeudamiento de Estados Unidos.