Los grupos extremistas asentados en Siria y el norte de Irak luchan por obtener un lugar dentro del terreno que era exclusivo de Al Qaeda, pero sus capacidades, en comparación, son muy limitadas.
Ese es el principio de un análisis realizado por el experto en temas del Medio Oriente Contemporáneo, Fernando Bazán, en entrevista con la Voz de América, en la que destacó los niveles de violencia a los que han llegado estos grupos.
“Se trata de células desprendidas de Al Qaeda que, como el caso del Estado Islámico de Irak y el Levante, fueron separados por el excesivo nivel de violencia en sus acciones”, dice Bazán, destacando que este es un parámetro de medida de un grupo violento que no respeta la vida humana.
Escuche la entrevista con Fernando Bazán, experto en temas del Medio Oriente Contemporáneo desde Buenos Aires, Argentina.
Sin embargo, Bazán advierte que estos grupos han logrado un crecimiento esperable en los últimos meses sin lograr compararse con Al Qaeda, en especial en materia de recursos y capacidades, por lo que considera que son más una amenaza regional que internacional.
Al mismo tiempo, enfatiza en que esas son las razones por las que buscan potenciarse financieramente y, al haber perdido el apoyo de donantes voluntarios, buscan en acciones como el secuestro la forma de conseguir fondos económicos.
En cuanto a los extranjeros que forman parte de estos grupos extremistas, como el caso del ejecutor del periodista estadounidense James Foley, Bazán dice que se trata de ciudadanos ingleses, australianos e incluso estadounidenses, usualmente segunda generación de personas que vivieron en naciones del Medio Oriente y que buscan una identidad que no logran en sus países de origen.
“Ellos representan un peligro para sus propias naciones, porque pueden volver a ellas ya que guardan sus pasaportes y son capaces de despertar células extremistas dormidas”, explica Bazán.
El experto en temas de Oriente Medio Contemporáneo afirmó también que estos grupos extremistas están consiguiendo fondos para financiarse vendiendo petróleo de Irak, un punto que considera que los gobiernos de occidente deben tomar muy seriamente.