El gobierno de Irak dijo haber lanzado este martes una operación para expulsar al grupo Estado Islámico de la provincia occidental de Anbar, donde los extremistas tomaron este mes la capital provincial, Ramadi.
En el anuncio hecho en la televisión estatal, las autoridades dijeron que la campaña contará con milicias chiíes y suníes para reforzar al ejército en la recuperación de la provincia en su mayoría sunita.
La toma de Ramadi fue un gran golpe para la estrategia apoyada por Estados Unidos contra el grupo Estado Islámico.
El secretario de Defensa, Ash Carter, dijo el domingo que las tropas iraquíes "superaban en número por mucho" a los milicianos de EI en Ramadi, pero "no mostraron voluntad de lucha".
El lunes, el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, fue el encargado de aplacar el enojo con el que fueron tomados los comentarios de Carter, al conversar telefónicamente con el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi y agradecerle “el enorme sacrificio y la valentía de las fuerzas iraquís”.
De acuerdo a una minuta de la conversación divulgada por la Casa Blanca, Biden aplaudió la decisión de Irak de movilizar tropas adicionales y preparar “el contrataque” para recuperar Ramadi.
Biden también prometió completo apoyo de Estados Unidos a “este y otros esfuerzos iraquís para liberar territorios tomados por ISIL”, en referencia al grupo Estado islámico.
Anbar es una vasta área desértica que se extiende desde el oeste de Bagdad, la capital de Irak, hasta la frontera con Jordania, el sureste de Siria y el noroeste de Arabia Saudita. El grupo Estado islámico ha controlado Anbar desde el año pasado, incluyendo ciudades importantes como Fallujah.