Aviones de Estados Unidos, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos atacaron durante la noche del miércoles y madrugada del jueves 12 refinerías y campos petroleros controlados por el grupo Estado islámico, en áreas remotas del este de Siria.
Según activistas sirios al menos 14 militantes y cinco civiles, probablemente parientes de los yihadistas que vivían cerca de las refinerías, murieron en los bombardeos.
El Comando Central de Estados Unidos dijo en un comunicado que la información inmediata es que los bombardeos fueron efectivos, destruyendo un vehículo militar del EI y refinerías en pequeña escala capaces de producir cada una entre 300 y 500 barriles de petróleo refinado al día, que le generan al grupo unos $2 millones de dólares diarios.
Mientras tanto, los militantes parecen haber liberado al menos 150 personas de una prisión en la capital de facto del grupo en la ciudad de Raqqa, por temor a nuevos bombardeos, según dijeron activistas sirios a la agencia The Associated Press.
Otros ataques ocurrieron contra retenes, edificios, campos de entrenamiento y vehículos del grupo Estado islámico en los territorios que dominan a lo largo del río Éufrates, en el norte y el este de Siria, incluyendo bases militares sirias tomadas por el grupo EI, una corte islámica y un centro cultural en el pueblo de Mayadeen.
En los bombardeos participaron aviones de combate y drones.