Escuelas a lo largo y ancho de Estados Unidos cancelan los viajes que tenían programados al extranjero, preparan clases por internet e incluso están replanteándose los premios a la 'asistencia perfecta' mientras se preparan para la posibilidad de que el nuevo tipo de coronavirus comience a propagarse en sus comunidades.
Los distritos escolares se han apresurado a actualizar los planes de emergencia luego de que las autoridades federales alertaron que es casi seguro que el virus, que comenzó a propagarse en China, se extienda por EE.UU. Muchos se están preparando para posibles cierres de escuelas que podrían durar semanas, o incluso más, al tiempo que tratan de evitar el pánico entre los estudiantes, padres de familia y maestros.
El presidente Donald Trump se ha esforzado por mitigar los temores, pero el miércoles tanto él como las autoridades sanitarias federales recomendaron que las escuelas se empezaran a preparar para la llegada de la enfermedad COVID-19 “sólo por si acaso”.
“Es el momento ideal para que los negocios, sistemas de salud, universidades y escuelas revisen sus planes de preparación para pandemias, los desempolven y se aseguren de que están listos”, comentó la médico Anne Schuchat, directora adjunta principal del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), durante una conferencia de prensa el miércoles.
A lo largo de la semana, las escuelas enviaron cartas a todos los padres de familia desde Florida hasta California para tratar de tranquilizarlos y asegurarles que, en la mayoría de las poblaciones, el riesgo de contagio sigue siendo muy bajo. Muchos indicaron las mismas medidas que se utilizan para combatir la gripe: Lavas las manos frecuentemente, cubrirse al momento de estornudar o toser y quedarse en casa si se presenta fiebre u otros síntomas.
En las escuelas, los equipos de limpieza recibieron órdenes de prestar más atención a los pomos de las puertas, los teclados y otras superficies que los estudiantes tocan durante el día. Algunos distritos han invertido en la compra de pulverizadores desinfectantes de manos que se usan en hospitales. En tanto, otros están incorporando los dosificadores tradicionales para desinfectar las manos en escuelas y autobuses.