Israel no ha presentado pruebas concretas de que Hamás esté desviando la ayuda de Naciones Unidas y sus recientes asesinatos dirigidos de comandantes de la policía de Gaza que protegían los convoyes de camiones han hecho “prácticamente imposible” una distribución segura, dijo un destacado enviado de Estados Unidos en una inusual crítica pública a Israel.
Con la desaparición de las escoltas policiales tras los ataques israelíes, las bandas delictivas incrementaron los ataques a los convoyes, dijo David Satterfield, enviado especial del gobierno de Estados Unidos para asuntos humanitarios en Oriente Medio.
La anarquía reinante, además de las protestas israelíes periódicas en los cruces fronterizos de quienes se oponen a la entrada de ayuda en el sitiado enclave, han alterado o frenado el reparto, añadió.
“Estamos trabajando con el gobierno y el ejército de Israel para ver qué soluciones podemos encontrar, porque todos quieren que la ayuda continúe”, dijo Satterfield en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, el viernes. La solución “va a requerir que vuelva algún tipo de escolta de seguridad”.
Según Satterfield, las autoridades israelíes no han presentado “pruebas concretas de desvío o robo” de la ayuda de la ONU, ni de que los insurgentes tienen sus propios intereses en el uso de “otros canales de asistencia (... ) para controlar a dónde y a quién llega la ayuda”.
Antes del último revés, Estados Unidos dijo que la ayuda que entra a Gaza es absolutamente insuficiente. Más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes del territorio están hacinados en la ciudad de Rafah, en la frontera con Egipto, al acatar las órdenes de evacuación israelíes. Pero en la Franja no quedan ya espacios seguros, ya que Israel también lanza ataques aéreos sobre Rafah.
Van más de 28.000 palestinos fallecidos
La ofensiva aérea y terrestre israelí, provocada por la incursión de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, ha cobrado la vida de más de 28.000 palestinos, según las autoridades de salud del territorio gobernado por esa milicia. Además, arrasó algunas partes del enclave, desplazó a cerca del 80% de la población y desencadenó una grave crisis humanitaria.
Los residentes en Rafah dicen que es habitual que grupos de niños y adolescentes intenten parar los camiones que entran a Gaza y quedarse con los suministros.
La policía abrió fuego el viernes cuando una multitud se abalanzó sobre un camión que cruzó el paso fronterizo desde Egipto con ayuda. Wael Abu Omar, vocero de la autoridad local responsable del cruce, reportó la muerte de una persona.
Israel ha dicho que está resuelto a ampliar su ofensiva terrestre a Rafah, que considera el último baluarte importante de los milicianos de Hamás, pero no ha dicho cuándo lo hará. En respuesta a inquietudes internacionales, ha dicho que elaborará un plan para a evacuación de los civiles antes de invadir la ciudad sureña.
El presidente estadounidense Joe Biden ha exhortado a Israel a no llevar a cabo la operación sin un plan “creíble” para proteger a los civiles y que, en cambio, busque un cese de fuego. Egipto ha dicho que la operación amenazaría las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Dos altos funcionarios egipcios dijeron que el país está construyendo líneas defensivas adicionales en una zona colchón ya existente. Hablaron bajo la condición de anonimato por no estar autorizados a brindar información a la prensa.
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