¿Se siente frustrado y estresado? Los brasileños ahora tienen un lugar para expresar su ira y rabia en el recién inaugurado Rage Room, es decir, "Salón de la furia".
Dentro de un almacén, en las afueras de Sao Paulo, la gente puede blandir martillos gigantes contra televisores, computadoras e impresoras viejas, demoler las máquinas y romper el vidrio en pedazos diminutos.
Vanderlei Rodrigues, de 42 años, quien abrió el negocio hace un mes en el distrito de Cidade Tiradentes, dijo que había recibido un buen número de clientes que querían desahogarse, especialmente durante la pandemia. “Creo que fue el mejor momento para poder montar esto aquí en Cidade Tiradentes, en relación con todo lo que está pasando la gente, mucha ansiedad, estrés”, dijo.
La experiencia en Rage Room cuesta menos de cinco dólares. Con trajes protectores y cascos, los participantes escriben temas que les molestan en las paredes: exnovias, exmaridos, corrupción o trabajo; estas palabras se convierten en el blanco de su ira.
Alexandre de Carvalho, de 40 años, que trabaja en publicidad y conduce dos horas de ida y vuelta al trabajo, dijo estar preocupado por su salud debido a la pandemia, "es genial venir aquí y liberar algo de adrenalina y sentimientos reprimidos".
Luciana Holanda, de 35 años, madre desempleada de dos hijas, dijo que “con todo este estrés acumulado, ser madre, tener hijos y no poder trabajar... es muy bueno poder liberar un poco de estrés y desahogarse.
"No voy a desahogar mis frustraciones con mis hijas ni con nadie, así que prefiero romper cosas. Me encanta", concluye.