Frases como “no es fácil” y “es fuerte” se repiten al conversar con los venezolanos en la frontera entre Colombia y Ecuador, en el Puente Internacional de Rumichaca, que recientemente enfocó la atención hacia el gobierno ecuatoriano al permitir el paso temporal a personas con visas para otros países.
Los migrantes que conversaron con la Voz de América coinciden al señalar las dificultades del camino, pero comparten su determinación de llegar a su destino y lograr conseguir trabajo, progresar con su familia, educación para sus hijos o algún tratamiento médico.
Es el caso de Gloria Rincón, una venezolana que tuvo que viajar a su país por la muerte de su padre, pero que a su regreso a Ecuador le impidieron la entrada, dice llorando: "Yo les rogué y no me quisieron dejar pasar”. Señaló que en Ecuador recibe tratamiento médico para su enfermedad inmunológica porque “en Venezuela no hay remedio(medicina)”.
Otro que se encuentra esperando es el joven de 21 años Henry Díaz, quien decidió regresar a Ecuador después de probar suerte en Colombia para encontrarse con un primo y “trabajar en lo que sea”.
Díaz relató a VOA que salió de su país hace dos años, después del nacimiento de su hijo; dice que ya lleva esperando seis días para poder cruzar la frontera de Colombia a Ecuador, durmiendo en la calle a pesar del frío en la zona.
“Mi esperanza es que abran esa frontera lo más rápido (…) para llegar rápido”, agregó.
El gobierno ecuatoriano impuso en agosto el requisito de visa humanitaria a los venezolanos que buscan ingresar al país. Esto ha generado que muchos venezolanos, con destino a Ecuador, se queden esperando en la frontera por una oportunidad.
Otro ejemplo es el de Luis Anderson Boll, quien, con su esposa y dos hijos menores, recorrieron en 30 días Venezuela y Colombia para llegar hasta esta frontera, buscando escapar de la crisis económica del país y poder “rehacer su vida”.
Boll relata que quería llegar a Ecuador para poder ofrecerle educación media a su hijo de 12 años. “Le pedimos al presidente de Ecuador, Lenin Moreno, que por favor se apiade de nosotros. No todos somos delincuentes (…) aquí hay madres y padres de familia también”.
Camen Salla, una venezolana que viajó con sus tres hijos, denunció que autoridades de migración colombianas ha querido sacarlos de las carpas donde muchos de los migrantes están esperando para pasar al lado ecuatoriano, y que les quitaron las vallas, la única protección que tienen para guarecerse del clima.
Salla explica que llegó a ese punto el día que cerraron la frontera después de 17 días de recorrido a pie. Pide al presidente Moreno “nos dé la oportunidad de pasar, porque en realidad vamos con la meta de trabajar”.
De acuerdo con cifras de las Naciones Unidas, más de 4,3 millones de venezolanos han salido de su país en los últimos años. Muchos de ellos se han detenido en Colombia, Ecuador y Chile.