Las negociaciones con Hamás para un alto al fuego en la Franja Gaza y la liberación de los rehenes israelíes terminó el martes sin un acuerdo luego de tres días, según funcionarios egipcios, a menos de una semana para el inicio del mes sagrado musulmán del Ramadán, el plazo informal que se había fijado para alcanzar una tregua.
Los casi cinco meses de combates han dejado gran parte de Gaza en ruinas y han provocado una catástrofe humanitaria cada vez mayor en la que muchos, especialmente en la arrasada zona norte, luchan por conseguir alimentos para sobrevivir.
“Debemos hacer llegar más ayuda a Gaza”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el martes. “No hay excusa. Ninguna".
Los grupos de ayuda sostienen que es casi imposible repartir suministros en gran parte del territorio por la dificultad para coordinarse con el ejército israelí, las hostilidades en curso y la quiebra del orden público.
Estados Unidos, Qatar y Egipto llevan semanas tratando de lograr un acuerdo según el cual Hamás liberaría a hasta 40 rehenes a cambio de un alto al fuego de seis semanas, la liberación de algunos presos palestinos en cárceles israelíes y el aumento de la ayuda humanitaria que entra al aislado territorio.
Dos funcionarios egipcios dijeron que la última ronda de discusiones terminó el martes y que el grupo insurgente palestino presentó una propuesta que los mediadores discutirán con Israel en los próximos días. Uno de los funcionarios indicó que los mediadores se reunirían el miércoles con la delegación de Hamás, que aún no había abandonado El Cairo.
Hamás se niega a dejar libres a los aproximadamente 100 rehenes que todavía tiene cautivos o a entregar los restos mortales de unos 30 más, a menos que Israel ponga fin a su ofensiva, se retire de Gaza y libere a una gran cantidad de reos palestinos, incluyendo destacados insurgentes que cumplen penas de cadena perpetua.
Funcionarios estadounidenses se mostraron escépticos acerca de que Hamás quiera realmente cerrar un acuerdo, ya que el grupo se ha mostrado reacio a una serie de peticiones que según Washington y otros son legítimas, incluyendo entregar los nombres de los rehenes que quedarían libres.
“Corresponde a Hamás decidir si está dispuesto a comprometerse", afirmó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el martes.
“Tenemos la oportunidad de lograr un alto al fuego inmediato que puede llevar a los rehenes de regreso a casa, que puede aumentar de forma drástica la ayuda humanitaria que llega a los palestinos que la necesitan desesperadamente y que puede establecer las condiciones para una resolución duradera", añadió Blinken.
Osama Hamdan, un alto cargo de Hamás, dijo el martes que su grupo exige un alto al fuego permanente, en lugar de una pausa de seis semanas, y la “completa retirada” de las fuerzas israelíes.
“La seguridad de nuestro pueblo se conseguirá solo a través de un alto el fuego permanente, del fin de la agresión y de la retirada de cada centímetro de la Franja de Gaza", explicó a reporteros en Beirut.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha rechazado públicamente las exigencias de Hamás y ha repetido que la guerra continuará hasta que el grupo sea destruido y todos los rehenes queden libres. Israel no envió representantes a la última ronda de negociaciones.
Un funcionario israelí dijo que el país sigue esperando que Hamás entregue una lista de rehenes que siguen vivos además de la proporción de presos palestinos que pide a cambio de cada uno de ellos. No estaba claro si esa información estaba incluida en la última propuesta.
Los funcionarios israelíes y egipcios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a informar a la prensa acerca de las negociaciones.
Preguntado por si Hamás cuenta con una lista de rehenes sobrevivientes, Hamdan apuntó que el asunto no era relevante para las conversaciones y acusó a Israel de utilizarlo como excusa para evitar implicarse en el diálogo.
Los mediadores esperaban poder forjar un acuerdo antes del Ramadán, el mes en el que los musulmanes ayunan desde el amanecer al anochecer y durante el cual suelen agravarse las tensiones en torno al acceso a un disputado lugar sagrado de Jerusalén. Este año comenzará en torno al 10 de marzo, dependiendo del avistamiento de la Luna.
“Las negociaciones son delicadas. No puedo decir si hay optimismo o pesimismo, pero todavía no hemos llegado al punto en que podemos lograr un cese del fuego”, dijo el ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shoukry, el lunes.
La guerra comenzó con un ataque transfronterizo de Hamás sobre el sur de Israel el 7 de octubre en el que los insurgentes mataron a alrededor de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron a unas 250 más como rehenes. Más de 100 fueron liberados durante una tregua de una semana en noviembre.
Israel respondió invadiendo el enclave de 2,3 millones de habitantes y, según el Ministerio de Salud gazatí, ha matado a más de 30.000 palestinos. Los grupos de ayuda humanitaria afirman que los combates desplazaron a la mayoría de la población y dejaron a un cuarto al borde la hambruna.
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