En una ceremonia solemne, este lunes 6 de enero los legisladores de ambas Cámaras del Congreso se reunirán al mediodía bajo el nivel de seguridad nacional más estricto posible para certificar los resultados electorales de los 50 estados y el Distrito de Columbia que oficializarán la victoria en las urnas del presidente electo Donald Trump el 5 de noviembre.
El mandato constitucional indica que el vicepresidente, en calidad de líder del Senado, debe declarar al ganador de las elecciones presidenciales estadounidense. La vicepresidenta Kamala Harris, excandidata demócrata derrotada en los pasados comicios, cumplirá con este mandato, mientras los miembros del Congreso contarán los resultados -ya conocidos- de cada estado para confirmar el traspaso de mando presidencial.
¿Por qué ha adquirido trascendencia esta ceremonia considerada antes como un trámite formal?
El 6 de enero de 2021, seguidores del presidente Donald Trump, derrotado en las urnas por el actual presidente Joe Biden en 2020, atacaron el Capitolio con el objetivo de boicotear la ceremonia de oficialización de resultados en aquel entonces, con imágenes que dieron la vuelta al mundo.
El entonces vicepresidente Mike Pence estaba en el Capitolio cumpliendo su deber, y se convirtió en potencial blanco de los revoltosos por lo que fue evacuado. La ceremonia fue suspendida y los 435 delegados de la Casa y 100 senadores que conforman el Congreso estadounidense se escondieron en las áreas seguras del edificio, mientras las fuerza policial se enfrentaba en el exterior e interior a los revoltosos.
El saldo final dejó cinco muertos; cientos de detenidos y condenados por el delito de daño a propiedad gubernamental, por robo, además de por obstruir, influenciar o impedir de manera corrupta un procedimiento oficial o por intentar hacerlo.
Este lunes, aunque no hay indicios de disturbios, la ceremonia ha sido catalogada como “un evento nacional de seguridad especial” por parte del Servicio Secreto y las agencias gubernamentales.
El Capitolio anunció días antes el plan de cierre de calles en los alrededores de recinto legislativo en un plan escalonado para garantizar la realización del evento sin interrupciones, con mejoras significativas comparadas con las de hace cuatro años.
“Los ojos del mundo estarán puestos en el Capitolio de los EEUU el 6 de enero. Los funcionarios electos de todo el país se han enfrentado a un entorno de mayor amenaza en los últimos años, por lo que no podemos correr ningún riesgo cuando se trata de proteger a los miembros del Congreso”, aseguró J. Thomas Manger, jefe de la Policía del Capitolio en un comunicado.
Y agregó que las lecciones dejadas en 2021 han obligado a una mejor coordinación para asegurar la sede legislativa. “Durante los últimos cuatro años, nuestros hombres y mujeres han trabajado las 24 horas del día para construir un Departamento más fuerte contratando a cientos de oficiales y personal de apoyo adicionales, así como mejorando nuestra planificación operativa, inteligencia, equipo y capacitación”.
Por su parte, el Servicio Secreto anunció que desde septiembre, cuando se designó la ceremonia de certificación de resultados para este día, es la primera vez que uno de los eventos formales en la transición presidencial se cataloga en esta categoría "seguridad especial" a petición del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser.
“El Servicio Secreto de los EE UU en colaboración con nuestros socios federales, estatales y locales, se compromete a desarrollar e implementar un plan de seguridad integral e integrado para garantizar la seguridad de este evento y sus participantes”, aseguró entonces Eric Ranaghan, jefe de la División de Protección de Dignatarios del Servicio Secreto.
¿Cómo será la ceremonia de este lunes en el Congreso?
La ley federal ordena que el Congreso se reúna para abrir los certificados sellados de cada estado llevados a Washington y que contienen el registro de sus votos electorales.
Los delegados entran al recinto cuando la sesión se ha instalado con los votos resguardados en unas cajas de madera de caoba utilizadas para esta ceremonia formando una procesión.
La vicepresidenta Harris abrirá y presentará los certificados de los votos electorales en orden alfabético, los denominados “escrutadores” miembros de la Casa de Representantes y el Senado en representación de los dos partidos Demócrata y Republicano, leerán luego cada certificado en voz alta y pasarán a registrar y contar los votos.
El ritual indica que finalizada esa etapa, el presidente del Congreso anuncia al ganador, tanto para presidente como vicepresidente. En este caso Kamala Harris anunciará la victoria de Donald Trump con 312 votos electorales contra los 226 de Harris el pasado noviembre.
¿Cuánto ha cambiado comparado con 2021?
Las lecciones dejadas en 2021 llevaron al Congreso a endurecer las reglas para la certificación de los votos, ante los intentos del expresidente Donald Trump de desconocer los resultados que le impidieron el triunfo en 2020.
La Ley de Recuento Electoral, fue aprobada en 2022 y define de forma más explícita el papel a desempeñar por el vicepresidente en la ceremonia, después que Trump ejerciera presión pública sobre el vicepresidente Pence para desconocer los resultados.
El 6 de enero de 2017 el entonces vicepresidente Joe Biden, certificó los resultados, no sin antes poner orden en las filas demócratas que pedían también rechazar la victoria de Trump, ante las quejas de legisladores dijo que “esto no es un debate” y ante las insistencias cerró con la lapidaria frase Se acabó (It is over).
Por tanto, la nueva ley actualizada aclara que el vicepresidente no tiene poder de determinar los resultados de las elecciones de noviembre, lo ubica en papel protocolario para cumplir el orden constitucional y aportar a la formalidad este 6 de enero como último paso al traspaso presidencial para el próximo día 20.
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