El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió a Israel que no vuelva a ocupar Gaza, aun cuando reconoció que podría ser necesario un “período de transición” tras la guerra de Israel contra los militantes de Hamás en el enclave palestino.
En una conferencia de prensa el miércoles al margen de una cumbre del Grupo de los Siete en Tokio, Blinken reafirmó el apoyo de Estados Unidos a los esfuerzos de Israel para derrocar a Hamas, que mató a 1.400 personas y secuestró a más de 200 en un ataque el mes pasado en Israel.
Pero Blinken también dijo que “está claro que Israel no puede ocupar Gaza”.
“Ahora, la realidad es que puede ser necesario algún período de transición al final del conflicto. Pero es imperativo que el pueblo palestino sea central para la gobernanza en Gaza y Cisjordania también”, añadió.
En una entrevista el martes con ABC News, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sugirió que su país desempeñará un papel de seguridad en Gaza por un “período indefinido” una vez que termine el conflicto.
Según funcionarios palestinos, más de 10.000 palestinos han muerto, incluidos más de 4.000 niños, mientras Israel intensifica sus operaciones terrestres y ataques aéreos en Gaza.
Netanyahu ha insistido en que no habrá alto el fuego hasta que los rehenes tomados por Hamás sean liberados. Pero sugirió el martes que son posibles “pequeñas pausas tácticas: una hora allí, una hora allí”.
En una declaración conjunta emitida el miércoles, los ministros de Relaciones Exteriores del G7 pidieron “pausas y corredores humanitarios” para permitir la entrega de ayuda humanitaria y la liberación de rehenes.
La declaración del G7 también prometió apoyar la defensa de Ucrania contra Rusia “durante el tiempo que sea necesario”, condenó las supuestas transacciones de armas entre Rusia y Corea del Norte y criticó una amplia gama de acciones chinas.
Enfoque en Medio Oriente
Pero la reunión estuvo dominada por la crisis palestino-israelí, en medio de crecientes llamados internacionales a un alto el fuego.
La semana pasada, una gran mayoría de países en la Asamblea General de las Naciones Unidas votaron a favor de una resolución que pedía una “tregua humanitaria” inmediata y sostenida en Gaza.
Estados Unidos votó en contra de la propuesta, advirtiendo que un alto el fuego permitiría a Hamás reagruparse y realizar más ataques.
Francia, otro miembro del G7, apoyó la resolución, subrayando las diferencias sobre el conflicto de Medio Oriente incluso entre los países ricos y desarrollados.
Japón, anfitrión del G7, tampoco ha sido tan abiertamente proisraelí como otros aliados de Estados Unidos, dijo Jeffrey J. Hall, profesor de la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda.
"Japón se enfrenta a enojar a Washington o a los estados árabes que le suministran petróleo", dijo Hall.
"No es realmente posible que el G7 adopte una posición unida muy fuerte sobre este tema", añadió.
En su conferencia de prensa, Blinken restó importancia a cualquier sugerencia de fricción y dijo que “la unidad del G7 es más fuerte e importante que nunca”.
Preocupaciones globales apremiantes
En la declaración conjunta que siguió a dos días de reuniones, los ministros de Relaciones Exteriores del G7 abordaron una amplia gama de otras cuestiones globales.
En cuanto a Ucrania, los líderes del G7 prometieron que el “firme compromiso” de sus gobiernos con la defensa de Ucrania “nunca flaqueará”.
"Nos comprometemos a apoyar a Ucrania durante el tiempo que sea necesario", decía el comunicado.
Algunos analistas han expresado su preocupación de que el conflicto entre Israel y Gaza pueda desviar la atención internacional de la guerra entre Ucrania y Rusia.
Estas preocupaciones son válidas, según Sebastian Maslow, profesor de relaciones internacionales en el Sendai Shirayuri Women's College de Japón.
"Ahora vivimos en una economía de la atención", dijo Maslow. Pero, dijo, los gobiernos del G7 saben que si suavizan su apoyo a Ucrania, “esto enviará una fuerte señal a Rusia –y a China, de hecho– de que el G7 no tiene capacidad para resolver una crisis regional fundamental”.
Centrarse en Asia
En Tokio, Blinken también destacó que es importante que Estados Unidos siga centrándose en Asia, incluso mientras se ocupa de cuestiones urgentes en Europa y Oriente Medio.
“Estamos decididos y, como diríamos, estamos corriendo y mascando chicle al mismo tiempo”, dijo Blinken. "El Indo-Pacífico es la región crítica para nuestro futuro".
Sus comentarios se producen antes de una reunión prevista la próxima semana en California entre el presidente estadounidense Joe Biden y el máximo líder de China, Xi Jinping.
Blinken dijo que no podía comentar sobre temas específicos que discutirán Biden y Xi, pero que ambas partes “han reconocido la importancia de los canales a nivel de líder en la gestión de la relación”.
Los analistas no esperan ningún avance en la reunión Xi-Biden, pero dicen que tales reuniones pueden ayudar a evitar que las tensiones entre Estados Unidos y China se salgan de control.
La declaración del G7 del miércoles repitió muchas preocupaciones de larga data que Estados Unidos y muchos de sus aliados tienen sobre China.
La declaración expresó su oposición a los “intentos unilaterales de cambiar el status quo por la fuerza o la coerción” en los mares del este y sur de China.
La declaración también vinculó la paz y la estabilidad del Estrecho de Taiwán con la "seguridad y prosperidad" de la comunidad internacional.
China ha aumentado sus amenazas militares contra el autónomo Taiwán y se niega a descartar la posibilidad de tomar la isla por la fuerza. Beijing considera que el tema es una preocupación interna, no internacional, y critica habitualmente los comentarios de otros países al respecto.
Además, la declaración del G7 expresó preocupación por la situación de los derechos humanos en China, incluidos Xinjiang y el Tíbet.
Pero los líderes del G7 agregaron: "Estamos preparados para construir relaciones constructivas y estables con China, reconociendo la importancia de involucrarnos con franqueza y expresar nuestras preocupaciones directamente a China".
Blinken a Seúl
Tras las reuniones del G7, Blinken partió hacia Seúl, donde se reunirá con altos líderes surcoreanos. La cooperación militar entre Corea del Norte y Rusia ocupará un lugar destacado en la agenda, según funcionarios estadounidenses.
Washington y Seúl han prometido mejorar la disuasión conjunta contra las crecientes amenazas de Pyongyang mientras Corea del Norte continúa con sus programas nucleares y de misiles balísticos y se prepara para lo que sería un tercer intento de lanzar un satélite espía.
La declaración del G7 condenó enérgicamente las recientes pruebas de armas de Corea del Norte, así como las supuestas transferencias de armas de Corea del Norte a Rusia, que, según dijo, violan directamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestros canales de YouTube, WhatsApp y al newsletter. Activa las notificaciones y síguenos en Facebook, X e Instagram.