El gobierno de Donald Trump ha decidido no pedir investigar penalmente a Hillary Clinton, según dijo la gerente de campaña del ahora presidente electo, Kellyanne Conway.
Durante la campaña, Trump prometió que designaría un fiscal especial que acusara criminalmente a Clinton y juró que la metería a la cárcel. El grito de “¡Enciérrenla!” fue coreado repetidamente por sus seguidores, incluso durante la celebración de su triunfo la noche de su elección.
Pero este martes, Conway dijo al programa “Morning Joe” de MSNBC, que Trump "no quiere profundizar en estas acusaciones".
"Si Donald Trump puede ayudarla a sanar [a Clinton], tal vez es algo bueno", dijo Conway.
El mal manejo de los emails, el uso de un servidor privado, y las presuntas falsedades que declaró Clinton al Congreso y al FBI fueron temas persistentes durante toda la campaña.
Faltando dos semanas para la elección, el director del FBI, James Comey, notificó al Congreso que la agencia había reabierto la investigación al descubrir correos de Clinton y de su asistente, Huma Abedin, en una computadora de Anthony Weiner, esposo de esta última,
Dos días antes de la elección Comey dio marcha atrás y anunció que no había crimen en los correos, por lo que la investigación volvió a cerrarse.
Clinton argumentó posteriormente que las dudas sembradas por el FBI le restaron impulso a su campaña y ayudó al sorpresivo triunfo de Trump.