El juez federal Gonzalo Curiel, a quien Donald Trump acusó de ser parcial por ser hijo de padres mexicanos, se rehusó a divulgar los videos en los que el candidato republicano a la presidencia aparece testificando sobre la ahora desaparecida Universidad Trump.
Las transcripciones de lo declarado ya han sido publicadas con anterioridad, pero según personas que han visto los videos, estos muestran a Trump que desconoce a instructores e instrucciones del centro de estudios al momento de testificar.
Medios noticiosos habían pedido los videos argumentando que el público tiene derecho a ver las declaraciones dada la forma en que Trump habla de su agudeza empresarial y a las acusaciones de fraude en contra de la universidad.
El magistrado falló a favor del magnate argumentando que “aunque existe un grado de legítimo interés público en el comportamiento del demandado en los videos, este no es más importante que el daño potencial que el escrutinio de los medios podría causar”.
“Existen suficientes razones para creer que la divulgación de los videos de la declaración contribuirían al actual ‘frenesí de los medios’ lo cual a su vez aumentaría la dificultad de encontrar un jurado imparcial”, añade el juez.
La campaña de Trump ha argumentado que el video de los testimonios podría ser usado en anuncios de campaña para atacar al candidato e influenciar a un jurado.
Sus abogados aducen que el juez debe hacer lo mismo que se hizo respecto de una demanda que involucra el manejo de correos electrónicos por parte de Hillary Clinton. En ese caso tampoco se ha permitido la divulgación de videos.
La Universidad Trump, que nunca estuvo acreditada como tal, impartía seminarios y clases en todo el país, los cuales, según los demandantes, eran como infomerciales.
Antiguos estudiantes del centro testificaron que eran presionados constantemente para gastar hasta $35.000 dólares por tutorías, y que al final, el centro no cumplió las promesas de enseñar a ser exitoso en el mercado de bienes raíces.
En porciones del testimonio de Trump que han sido divulgadas, este reconoce que jugaba con las fantasías de la gente. Además Trump no puede recordar los nombres de sus empleados, lo cual socava las afirmaciones que hace en la propaganda del centro, de que fueron “personalmente seleccionados” por él.