El republicano Ted Cruz ganó las asambleas partidistas de Kansas y Maine, mientras el multimillonario Donald Trump ganó en Kentucky.
En el lado demócrata, el senador Bernie Sanders ganó en Kansas y Nebraska, mientras que la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, ganó la primaria de Luisiana.
Trump calificó las victorias del “súper sábado” como “una noche increíble” y felicitó a Cruz por su triunfo en Maine.
Trump también le pidió a su otro rival republicano, el senador de Florida Marco Rubio, abandonar la carrera.
La pelea por el número de delegados, que son los representantes que en realidad eligen a los nominados a la presidencia por cada partido, sigue favoreciendo a Trump y a Clinton, a pesar de los triunfos de sus rivales.
Entre los demócratas, Clinton tiene ahora 1.086 delegados, contra 409 de Sanders.
La lucha entre los republicanos es más pareja: Trump tiene asegurados 343 delegados, Cruz 265, Rubio 116 y Kasich tiene 28.
Prominentes figuras del Partido Republicano –incluyendo los nominados en 2008, John McCain, y en 2012, Mitt Romney– buscan desesperadamente frenar a Trump en la creencia que su nominación sería un fiasco para la elección general de noviembre.
Las dos victorias del senador Ted Cruz en este sábado, les dan esperanza de que pueden lograrlo.
“Son una manifestación del cambio real de impulso”, declaró Cruz desde Idaho, donde celebró sus dos triunfos. “El grito que escuchan, el rugir que viene de Washington es de completo terror a lo que la gente está haciendo unida”, agregó.
Por otro lado, fue otra mala noche para el senador Marco Rubio, que a pesar de tener el apoyo manifiesto de altas figuras del partido, nuevamente terminó con las manos vacías., poniendo en serias dudas la viabilidad de su candidatura.