La confusión reina en Egipto tras la celebración de las elecciones presidenciales. A falta de saber quién se ha alzado como vencedor, las informaciones son contradictorias: mientras que los islamistas Hermanos Musulmanes, con Mohamed Morsi como candidato, se atribuyen la victoria con un 52% de los escaños, el exministro de Hosni Mubarak, Ahmed Shafiq, es el triunfador según su equipo de campaña.
Días antes de la llamada a las urnas, la Junta Militar egipcia declaró inconstitucional la formación del Parlamento y permitió al Ejército que se realizasen detenciones a civiles sospechosos, volviendo así a los postulados de la Ley de Emergencia de 1981 que varias semanas antes había sido derogada.
"La sensación que estamos teniendo es que hemos vuelto a la casilla de salida. Ahora, aun no estando presente la figura de Hosni Mubarak, todo el poder vuelve a estar concentrado en quien era su mano derecha hasta el momento o en su principal rival, que durante veinte años fue Ministro de Defensa", explica el periodista español especializado en Oriente Medio, Javier Martín, en exclusiva para la Voz de América.
Desde el corazón de El Cairo, el también periodista internacional y autor del blog "Obamaworld", Jordi Pérez Colomé, relataba a este medio que, pese a que los egipcios se encuentran "más o menos contentos porque aparentemente ha ganado su candidato", a medio plazo "todo el mundo está a la expectativa. Las elecciones han ido razonablemente bien, aunque se da por hecha una cierta compra de votos, una actividad que aquí se reconoce como una inversión".
Más allá de la celebración de elecciones, la Junta Militar ha recuperado potestades y limitado las de otros actores externos, aun habiendo asegurado que el candidato ganador dispondrá del poder ejecutivo.
Para Martín, el Ejército nunca perdió sus poderes: "En realidad en Egipto no hubo una revolución, sino una revuelta, porque en nada cambió la estructura del poder. Cuando cae Mubarak, es un cambio de fichas, pero el poder sigue siendo igual: son los militares los que convocan las elecciones, los que hacen enmiendas a la Constitución o los que cambian las leyes para que el proceso democrático pueda avanzar", comenta.
Además, recuerda que el poder judicial también juega un papel destacado en el mantenimiento del status quo, ya que "el 90% de los jueces que siguen ejerciendo en Egipto fueron designados en la época de Mubarak".
Pese a estos hechos, el proceso democrático entre los ciudadanos de a pie egipcios se ha desarrollado "con entusiasmo", según el experto en Oriente Medio: "El hecho de que ejercieran su derecho a votar de forma libre ha sido un muy buen experimento. Hemos visto que los egipcios están preparados para la democracia. Lo que aún no sabemos es si sus gobernantes lo están".
Pérez Colomé coincide con este planteamiento, y asegura que "ha habido una transición social clara. La gente está convencida de que una vuelta atrás sería volver a un régimen opresor, similar al de Mubarak, y consideran que volverán a votar dentro de cuatro años. Otra cosa es que la democracia sea sólida o que el Ejército se vaya a retirar".
Próximas elecciones
Con unas elecciones legislativas que se celebrarán, en principio, en el mes de noviembre, los acontecimientos siguen en el aire. ¿Cambiaría la tensión política y social en función de quien se proclamase ganador?
El autor de "Obamaworld" insiste en que todo dependerá de lo que ocurra durante estos días. "Si el presidente es Morsi, será más difícil que se produzcan protestas. Si se trata de Safid, se presionará más a los militares y la ciudadanía vinculada al activismo político puede volver a salir a la calle". Martín, por su parte, cree que si el triunfador es este último serán los Hermanos Musulmanes los que "dinamizarán las protestas".
En todo caso, el nuevo presidente podría, según Pérez Colomé, ser temporal. "Un asesor del Consejo Militar decía hoy que podría ser así hasta que la nueva constitución se aprobara. Si el Ejército aprieta las tuercas puede que haya presidenciales en un año".
¿Volverá a tener protagonismo la mítica plaza Tharir? Según los expertos, la lucha puede empezar a librarse en otros campos. "Los grupos van a centrarse más en las batallas políticas, organizándose y buscando votos y candidatos", comenta el periodista internacional.
Más allá del Ejército, para él, "el régimen sigue perpetuado en los negocios y en la judicatura, donde todos continúan en sus cargos. Ha empezado un proceso bastante imparable. Algo está empezando: veremos cómo acaba".
Días antes de la llamada a las urnas, la Junta Militar egipcia declaró inconstitucional la formación del Parlamento y permitió al Ejército que se realizasen detenciones a civiles sospechosos, volviendo así a los postulados de la Ley de Emergencia de 1981 que varias semanas antes había sido derogada.
"La sensación que estamos teniendo es que hemos vuelto a la casilla de salida. Ahora, aun no estando presente la figura de Hosni Mubarak, todo el poder vuelve a estar concentrado en quien era su mano derecha hasta el momento o en su principal rival, que durante veinte años fue Ministro de Defensa", explica el periodista español especializado en Oriente Medio, Javier Martín, en exclusiva para la Voz de América.
Desde el corazón de El Cairo, el también periodista internacional y autor del blog "Obamaworld", Jordi Pérez Colomé, relataba a este medio que, pese a que los egipcios se encuentran "más o menos contentos porque aparentemente ha ganado su candidato", a medio plazo "todo el mundo está a la expectativa. Las elecciones han ido razonablemente bien, aunque se da por hecha una cierta compra de votos, una actividad que aquí se reconoce como una inversión".
Más allá de la celebración de elecciones, la Junta Militar ha recuperado potestades y limitado las de otros actores externos, aun habiendo asegurado que el candidato ganador dispondrá del poder ejecutivo.
Para Martín, el Ejército nunca perdió sus poderes: "En realidad en Egipto no hubo una revolución, sino una revuelta, porque en nada cambió la estructura del poder. Cuando cae Mubarak, es un cambio de fichas, pero el poder sigue siendo igual: son los militares los que convocan las elecciones, los que hacen enmiendas a la Constitución o los que cambian las leyes para que el proceso democrático pueda avanzar", comenta.
Además, recuerda que el poder judicial también juega un papel destacado en el mantenimiento del status quo, ya que "el 90% de los jueces que siguen ejerciendo en Egipto fueron designados en la época de Mubarak".
Pese a estos hechos, el proceso democrático entre los ciudadanos de a pie egipcios se ha desarrollado "con entusiasmo", según el experto en Oriente Medio: "El hecho de que ejercieran su derecho a votar de forma libre ha sido un muy buen experimento. Hemos visto que los egipcios están preparados para la democracia. Lo que aún no sabemos es si sus gobernantes lo están".
Pérez Colomé coincide con este planteamiento, y asegura que "ha habido una transición social clara. La gente está convencida de que una vuelta atrás sería volver a un régimen opresor, similar al de Mubarak, y consideran que volverán a votar dentro de cuatro años. Otra cosa es que la democracia sea sólida o que el Ejército se vaya a retirar".
Próximas elecciones
Con unas elecciones legislativas que se celebrarán, en principio, en el mes de noviembre, los acontecimientos siguen en el aire. ¿Cambiaría la tensión política y social en función de quien se proclamase ganador?
El autor de "Obamaworld" insiste en que todo dependerá de lo que ocurra durante estos días. "Si el presidente es Morsi, será más difícil que se produzcan protestas. Si se trata de Safid, se presionará más a los militares y la ciudadanía vinculada al activismo político puede volver a salir a la calle". Martín, por su parte, cree que si el triunfador es este último serán los Hermanos Musulmanes los que "dinamizarán las protestas".
En todo caso, el nuevo presidente podría, según Pérez Colomé, ser temporal. "Un asesor del Consejo Militar decía hoy que podría ser así hasta que la nueva constitución se aprobara. Si el Ejército aprieta las tuercas puede que haya presidenciales en un año".
¿Volverá a tener protagonismo la mítica plaza Tharir? Según los expertos, la lucha puede empezar a librarse en otros campos. "Los grupos van a centrarse más en las batallas políticas, organizándose y buscando votos y candidatos", comenta el periodista internacional.
Más allá del Ejército, para él, "el régimen sigue perpetuado en los negocios y en la judicatura, donde todos continúan en sus cargos. Ha empezado un proceso bastante imparable. Algo está empezando: veremos cómo acaba".