El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dijo que su país no cuenta con las instalaciones ni condiciones para alojar a solicitantes de refugio, en caso que Estados Unidos comience a mandar a esa nación a algunos de los miles de solicitantes que se encuentran en la frontera con México, y como ya lo comenzó a hacer con Guatemala y Honduras.
Bukele hizo la afirmación al programa "60 Minutes" de la cadena de televisión estadounidense CBS el domingo.
Recientemente, y a pocos meses de haber asumido como presidente, el gobierno de Bukele firmó un controvertido acuerdo migratorio con la administración Trump, se dijo que era con el objetivo de fortalecer temas migratorios importantes.
Según el comunicado presentado por el gobierno salvadoreño, dicho tratado "forma parte de una estrategia integrada para combatir al crimen organizado, fortalecer la seguridad en la frontera y reducir el tráfico ilegal y la trata de personas, así como la migración forzada".
Ambos gobiernos dijeron que en ningún momento se trataba de que El Salvador fuera a convertirse en un "tercer país seguro", sin embargo, tras recientes arribos de ciudadanos centroamericanos a Guatemala y Honduras, que han solicitado asilo en Estados Unidos, El Salvador podría recibir en cualquier momento la primera oleada de refugiados, y ante esa situación, Bukele ha dicho que no están en capacidad de hacerlo.
Y es que a pesar que la administración de Bukele, y la implementación de un plan de seguridad ha logrado disminuir los índices de violencia y crimen, El Salvador no puede se considerado a plenitud un país seguro.
El mes pasado todavía se registraron 131 asesinatos, en un país con solo 6.5 millones de personas.
Según la ONU, El Salvador tiene la tasa de asesinatos más alta entre los países que no están en guerra.
Según reporta la CBS, esa violencia hace que las personas huyan a otros países, especialmente a EE. UU., donde aproximadamente el 20% de los salvadoreños ha migrado en los últimos 40 años. El año pasado, 90,000 salvadoreños fueron detenidos en la frontera de Estados Unidos.
La falta de trabajo también aleja a las personas. "Tenemos una economía que crea 20,000 empleos en un país donde 100,000 niños llegan a la edad laboral cada año", dice Bukele. "Toda nuestra economía está destrozada, nada funciona", dijo a la CBS.
Cuando se le pregunta si su país está preparado para aceptar a los solicitantes de asilo que EE.UU. podría enviar según el acuerdo que hizo, responde: "Bueno, no en este momento. No tenemos capacidad de asilo, pero podemos construirlos". Descartó las ciudades de tiendas, que son comunes en Europa o en África, donde hay miles de refugiados. "Esa no es la capacidad de asilo", dijo.
Los críticos llaman al acuerdo una subcontratación del programa de asilo de Estados Unidos. Pero aparentemente mantiene a El Salvador en la buena voluntad de Estados Unidos.
La Casa Blanca lanzó recientemente $51 millones en ayuda que estaba reteniendo de El Salvador. El Departamento de Estado también redujo el nivel de amenaza para los estadounidenses que viajan al país al mismo grado que otorga a Francia y Dinamarca.
Sin embargo, la seguridad está lejos de ser como la de esos países europeos, en muchos barrios y calles de la ciudad capital y otras zonas, no se puede circular sin el permiso de los líderes de las pandillas dominantes, que suelen ser la MS13 y el Barrio 18.
Bukele reconoció que ciertas calles estaban fuera del alcance de los turistas. "Eso es cierto", dice. "No estoy comparando El Salvador con Dinamarca".
El mandatario reconoció que El Salvador necesita un entorno más seguro si quiere atraer el dinero de la inversión extranjera, principalmente de EE. UU. "Es nuestra responsabilidad crear las condiciones donde las personas no quieran huir de nuestro país", dice Bukele.
Esta semana, Bukele y una comitiva de su gobierno, ha realizado una gira por algunos países de Asia y Medio Oriente, en China, el mandatario anunció que logró acuerdos de inversión de parte del gigante asiático y cooperación no reembolsable, que incluye, entre otras cosas, la construcción de un estadio e infraestructura en la zona costera del país.
Según el mandatario, estos esfuerzos y una política de inmigración más estricta de Estados Unidos, ha permitido la reducción del número de salvadoreños que intentan ingresar a ese país, en octubre se registraron solo 2,500 salvadoreños, de más de 12,000 que se reportaron en junio.