El principal rival de Benjamin Netanyahu anunció el miércoles que no pudo formar el nuevo gobierno de Israel, viendo frustradas así sus esperanzas de derrocar al antiguo primer ministro y obliga al país a realizar una tercera nueva elección sin precedentes en menos de un año.
El anuncio de Benny Gantz, líder del partido Azul y Blanco, prolonga la parálisis política que ha afectado a la nación desde el año pasado. También da vía libre para que Netanyahu continúe, justo en el momento que se prepara para enfrentar una acusación por cargos de corrupción.
Según la ley israelí, el parlamento ahora entra en un período de 21 días en el que cualquier legislador puede tratar de reunir una mayoría de 61 escaños y convertirse en primer ministro.
Eso significa que Gantz y Netanyahu continuarán sus esfuerzos para encontrar socios de coalición y explorar la posibilidad de un gobierno de unidad. Si fracasan, el país se vería obligado a celebrar otras elecciones en marzo.
"Estos son 21 días fatídicos en los que la democracia israelí será desafiada por la prueba más importante", dijo Gantz . Quien prometió tratar de encontrar una manera de sacar a Israel "de la parálisis total que se nos impuso".
Gantz, es un ex jefe militar quien fue elegido el mes pasado para formar un gobierno después de que Netanyahu no lograra armar una coalición a raíz de las elecciones no concluyentes de septiembre. Pero después de cuatro semanas de intensas negociaciones, Gantz no pudo reunir el apoyo de la mayoría requerida para la fecha límite, la cual expiró a la medianoche del miércoles.
En una rueda de prensa, Gantz acusó a Netanyahu de frustrar los intentos de formar un gobierno de unidad de base amplia entre sus partidos.
"La mayoría de la gente eligió un gobierno de unidad liberal encabezado por Azul y Blanco", agregó. "La mayoría de la gente votó para debilitar el poder de los extremistas, y la mayoría de la gente votó por un camino diferente al de Netanyahu en los últimos años". Aseveró.
El partido Azul y Blanco de Gantz es el más grande del parlamento, con 34 escaños, justo por delante de los 33 de Likud, lo que significa que los dos hombres juntos podrían controlar una mayoría. Pero durante semanas de conversaciones no pudieron ponerse de acuerdo sobre los términos de un acuerdo para compartir el poder, incluido quién sería primero primer ministro y qué pasaría si Netanyahu fuera acusado.
Las encuestas de opinión han indicado que una nueva elección arrojaría resultados similares al voto no concluyente de septiembre, lo que indica meses adicionales de incertidumbre.
Sin embargo, la elección podría verse sacudida por la acusación esperada de Netanyahu en una serie de casos de corrupción. Medios locales informaron que el procurador general Avichai Mandelblit ha decidido presentar cargos de fraude e incumplimiento de confianza.
Netanyahu está desesperado por permanecer en el puesto de primer ministro, donde estaría mejor posicionado para luchar contra los cargos y buscar la inmunidad del enjuiciamiento del parlamento. Con la excepción del primer ministro, la ley israelí exige que los funcionarios públicos renuncien si son acusados de un delito.
A medida que los problemas legales de Netanyahu aumentan, su partido Likud se ha mantenido firmemente respaldándolo . Pero eso podría cambiar si hay una acusación formal.