El líder opositor Juan Guaidó aseguró este miércoles que “el miedo” no detendrá al Parlamento venezolano, después de que siete diputados fuesen despojados de su inmunidad para ser enjuiciados por su apoyo a un fallido alzamiento militar.
“El miedo no nos va a detener”, declaró el jefe parlamentario a AFPTV durante un recorrido por la localidad de La Guaira (30 km al norte de Caracas), donde fue recibido por decenas de partidarios.
A solicitud del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), la oficialista Asamblea Constituyente despojó el martes de su fuero a siete legisladores, incluido el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, para ser enjuiciados por delitos como traición a la patria por su apoyo a la sublevación liderada por Guaidó el 30 de abril.
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Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, apuntó que el miedo es la “única estrategia” del gobierno del presidente en disputa Nicolás Maduro para seguir en el poder.
“Es la única estrategia que le queda a un régimen sin respuestas al ciudadano (…), les queda generar miedo”, dijo el opositor mientras visitaba un liceo donde estudiantes de primaria le pedían su autógrafo y fotografiarse con él.
Varios diputados de la Asamblea Nacional, único órgano en poder de la oposición, respaldaron el alzamiento de una treintena de militares para intentar el quiebre de las Fuerzas Armadas, que se han declarado leales al mandatario socialista.
Maduro denunció el hecho como un “intento de golpe de Estado”.
Además de su llamado a multiplicar las manifestaciones, Guaidó reiteró su convocatoria a una huelga nacional como próximo paso a seguir, aunque sin fecha definida.
Destacó que se está “trabajando en eso” con paros escalonados en distintos sectores, como el transporte.
Guaidó también fue privado de su inmunidad parlamentaria por parte de la Constituyente a inicios de abril.
Tras esperar infructuosamente que la sublevación desatara un apoyo en cadena del estamento castrense, 25 insurrectos pidieron asilo en embajadas como la de Brasil, mientras el opositor Leopoldo López, liberado por ellos de su prisión domiciliaria, se refugió en la residencia del embajador español.