Dos o tres bolsas en el supermercado pueden contener a su vez algunos embases de soda, unas galletitas cubiertas o una botella de aceite. Si no lo reciclamos, estos contenedores pueden parar en el rio o en el mar creando un daño en el ecosistema.
Los grupos medios ambientalistas estiman que cada año se usan entre 500 mil millones y un billón de bolsas en Estados Unidos.
Los defensores dicen que sirven para recoger basura o excrementos de animales, pero los críticos de las bolsas dicen que ellas agotan los recursos naturales, consumen energía para su elaboración, crean basura, asfixian las especies marinas y aumentan los basureros.
La situación es sencilla, el plástico demora en degradarse o auto desintegrarse, especialmente en el agua, lo que llega a convertirse en alimento para los peces.
La Fundación de Recursos de la Tierra (Earth Resource Foundation) de Costa Mesa, California, está de acuerdo con que se le coloque un impuesto a las bolsas plásticas de los supermercados o simplemente se le coloque un precio por unidad.
“Estamos extrayendo recursos de la tierra y destruyéndola para usar durante 10 minutos una bolsa de plástico”, explicó Stephanie Barger, directora de la organización.
La fundación está proponiendo un impuesto de $ 0.25 de dólar por cada bolsa de plástico en California.
Washington, la capital de Estados Unidos, asumió su cuota de responsabilidad y obliga el cobro de cinco centavos por cada bolsa plástica.
El plástico tarda entre 400 y mil años en degradarse, situación que ha empezado a generar en diversos países medidas para su paulatina eliminación y sustitución por bolsas biodegradables. Algunos países de América Latina están siguiendo las medidas que aplican en algunos países europeos donde una bolsa del super puede costar entre cinco y diez centavos de dólar.
Las medidas preventivas van más allá de cambiar las bolsas plásticas por las de papel biodegradable o comprar la bolsa de tela que usaban las abuelas. Ahora los gobiernos locales en Estados Unidos están ofreciendo clases de reciclaje en las escuelas.
Algunas escuelas preparan a los alumnos en el uso adecuado de los plásticos. Las clases van más allá de simplemente separación de basura y abracan un poco de química, económica y efectos ecológicos de la basura.