Seis sobrevivientes de un ataque a turistas mexicanos en el desierto de Egipto aseguraron que fueron bombardeados desde el aire por un avión y helicópteros, según informó la canciller mexicana, Claudia Ruiz Massieu.
"El embajador Jorge Álvarez se entrevistó personalmente con seis mexicanos internados en el hospital quienes narraron por separado haber sufrido un ataque aéreo con bombas lanzadas desde un avión y helicópteros habiendo sido evacuados por vehículos civiles y militares", dijo Ruiz Massieu en un breve mensaje a medios.
En el ataque murieron 12 personas, incluyendo a dos turistas mexicanos, durante lo que las autoridades egipcias describen como una persecución de "elementos terroristas".
El incidente tuvo lugar en el desértico suroeste de Egipto, un destino popular entre los aficionados de los safaris, pero que no ha sido un punto de gran actividad miliciana o insurgente.
En el incidente también resultaron heridas otras 10 personas. Los heridos mexicanos se reportan estables.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, condenó el suceso el lunes a través de su cuenta de Twitter y afirmó que su gobierno "condena estos hechos en contra de nuestros ciudadanos y ha exigido al gobierno de Egipto una exhaustiva investigación de lo ocurrido".
Ruiz Massieu dijo que en horas de la mañana del lunes entregó una nota diplomática al embajador de Egipto en México en la que exigió que "se realice una investigación expedita, exhaustiva y a fondo y se le proporcione sin dilación una explicación objetiva que esclarezca los hechos y establezca las responsabilidades que de ello se derive".
La versión oficial egipcia destaca que un contingente de policía y ejército disparó contra cuatro vehículos que resultaron ser un convoy de turistas que supuestamente había entrado sin permiso y sin informar en una zona restringida del desierto en el área de Farafra.
Un portavoz del ministerio egipcio de Turismo, Rasha Azazi, dijo que la expedición “no tenía los permisos y no informó a las autoridades” de que estarían allí.
La principal preocupación de la policía y el ejército en la zona ha sido la lucha contra el contrabando en la larga y porosa frontera con Libia.
