Más de dos años y medio después de la muerte del cabecilla de al Qaeda Osama bin Laden expertos estadounidenses consideran que la red terrorista sigue siendo una gran amenaza en todo el Oriente Medio y en el norte de África.
Tal evaluación ha sido expresada según recientes reportes de prensa por legisladores y funcionarios de inteligencia estadounidenses, preocupados de manera creciente por la expansión de la red especialmente en esas dos zonas del mundo.
El general retirado James Mattis, que comandó a los infantes de marina de EE.UU. en 2011 en Irak y luego supervisó operaciones militares en Oriente Medio, el Cuerno Africano y Afganistán, dijo que la Yihad violenta de al Qaeda (o Guerra Santa islámica) está “creciendo en adeptos” y “ganando terreno”.
Según indicó Mattis en una conferencia en Washington, los esfuerzos de Occidente para derrotar a la organización “no han sido suficientes”.
Aunque muchos de los lugartenientes de bin Laden han sido ultimados por ataques de las fuerzas especiales o drones de EE.UU., grupos terroristas islámicos en Siria, Somalia, Yemen, Libia y África Occidental lograron montar operaciones el año pasado.
Yihadistas inspirados o de vínculos con al Qaeda asaltaron un centro comercial en Kenia y mataron al menos a 72 personas; ocuparon una instalación de gas natural en Argelia y ejecutaron a 39 rehenes. Los ataques de la red han aumentado en Irak, y se han hecho presentes en el desierto egipcio del Sinaí y entre los rebeldes sirios.
De acuerdo con Giwan Ibrahim, comandante kurdo que ha combatido a la red en el noreste de Siria, los yihadistas han tenido éxito reclutando a combatientes, y el 90 por ciento de los que pelean en ese país provienen mayormente de Arabia Saudita, Túnez y Libia.
Tal evaluación ha sido expresada según recientes reportes de prensa por legisladores y funcionarios de inteligencia estadounidenses, preocupados de manera creciente por la expansión de la red especialmente en esas dos zonas del mundo.
El general retirado James Mattis, que comandó a los infantes de marina de EE.UU. en 2011 en Irak y luego supervisó operaciones militares en Oriente Medio, el Cuerno Africano y Afganistán, dijo que la Yihad violenta de al Qaeda (o Guerra Santa islámica) está “creciendo en adeptos” y “ganando terreno”.
Según indicó Mattis en una conferencia en Washington, los esfuerzos de Occidente para derrotar a la organización “no han sido suficientes”.
Aunque muchos de los lugartenientes de bin Laden han sido ultimados por ataques de las fuerzas especiales o drones de EE.UU., grupos terroristas islámicos en Siria, Somalia, Yemen, Libia y África Occidental lograron montar operaciones el año pasado.
Yihadistas inspirados o de vínculos con al Qaeda asaltaron un centro comercial en Kenia y mataron al menos a 72 personas; ocuparon una instalación de gas natural en Argelia y ejecutaron a 39 rehenes. Los ataques de la red han aumentado en Irak, y se han hecho presentes en el desierto egipcio del Sinaí y entre los rebeldes sirios.
De acuerdo con Giwan Ibrahim, comandante kurdo que ha combatido a la red en el noreste de Siria, los yihadistas han tenido éxito reclutando a combatientes, y el 90 por ciento de los que pelean en ese país provienen mayormente de Arabia Saudita, Túnez y Libia.