Las fuerzas armadas de EE.UU. planean tener a bordo de navíos de guerra en el Oriente Medio y otras zonas del mundo equipos de operaciones especiales integrados por 14 infantes de marina para mejorar la capacidad de respuesta rápida de ese cuerpo ante situaciones de emergencia.
La intención es que tales unidades puedan reaccionar en tiempo récord frente a ataques a embajadas, tomas de rehenes y otras situaciones de crisis, informó este miércoles el diario The Wall Street Journal.
El plan se deriva de las críticas hechas a la forma en que EE.UU. manejó la crisis originada en septiembre último cuando el consulado en Bengasi fue atacado y por no contar con la protección suficiente perdieron la vida el embajador estadounidense en Libia, Chris Stevens, y otros tres diplomáticos.
“Cuando cosas así suceden, ocurren de manera instantánea, de la noche a la mañana. Si uno va a responder, no tiene tiempo para movilizar fuerzas en EE.UU., montarlas en un C-17, y hacerlas aterrizar en la pista de un país que puede no desearlas en su territorio”, dijo el general James Amos, jefe de los Marines.
Los infantes de marina de EE.UU. disponen de siete unidades expedicionarias de 2.200 hombres cada una, dotadas de aviones y helicópteros de transporte y ataque, que típicamente operan desde barcos de asalto anfibios, con dos o tres de ellas desplegadas al mismo tiempo. Actualmente hay una en el Mediterráneo, otra en los golfos Pérsico y de Adén, y otra en Okinawa, Japón.
El proyecto de tener destacamentos de acción rápida junto a las unidades regulares de infantería de marina será sometido a juicio de los jefes militares cuando el mes próximo el Cuerpo de Marines y el Comando de Operaciones Especiales lleven a cabo una maniobra militar conjunta.
La intención es que tales unidades puedan reaccionar en tiempo récord frente a ataques a embajadas, tomas de rehenes y otras situaciones de crisis, informó este miércoles el diario The Wall Street Journal.
El plan se deriva de las críticas hechas a la forma en que EE.UU. manejó la crisis originada en septiembre último cuando el consulado en Bengasi fue atacado y por no contar con la protección suficiente perdieron la vida el embajador estadounidense en Libia, Chris Stevens, y otros tres diplomáticos.
“Cuando cosas así suceden, ocurren de manera instantánea, de la noche a la mañana. Si uno va a responder, no tiene tiempo para movilizar fuerzas en EE.UU., montarlas en un C-17, y hacerlas aterrizar en la pista de un país que puede no desearlas en su territorio”, dijo el general James Amos, jefe de los Marines.
Los infantes de marina de EE.UU. disponen de siete unidades expedicionarias de 2.200 hombres cada una, dotadas de aviones y helicópteros de transporte y ataque, que típicamente operan desde barcos de asalto anfibios, con dos o tres de ellas desplegadas al mismo tiempo. Actualmente hay una en el Mediterráneo, otra en los golfos Pérsico y de Adén, y otra en Okinawa, Japón.
El proyecto de tener destacamentos de acción rápida junto a las unidades regulares de infantería de marina será sometido a juicio de los jefes militares cuando el mes próximo el Cuerpo de Marines y el Comando de Operaciones Especiales lleven a cabo una maniobra militar conjunta.
