Los maestros de Chicago, la tercera mayor ciudad de Estados Unidos después de Nueva York y Los Ángeles, se declararon este lunes en huelga por primera vez en los últimos 25 años.
Más de 29 mil maestros fueron al paro después del fracaso de negociaciones hasta altas horas del domingo sobre un nuevo contrato laboral entre el sindicato y representantes del sistema de escuelas públicas.
La huelga afecta a 144 escuelas y a casi 400 mil estudiantes. La última registrada en Chicago tuvo efecto en 1987 y duró 19 días.
El contrato de los maestros concluyó el junio pasado y luego de meses de negociaciones no se logró un acuerdo sobre los puntos más problemáticos, relacionados con aumentos salariales y el derecho a beneficios.
Karen Lewis, quien preside el Sindicato de Maestros de Chicago, dijo que ir a la huelga había sido de “una decisión difícil que hubiésemos deseado evitar”.
Decepcionado, el alcalde de la ciudad y ex jefe de gabinete del presidente Barack Obama, Rahm Emanuel, dijo en rueda de prensa que ambas partes habían progresado tanto en las negociaciones que el paro era “innecesario”.
Tratando de sacarle partido político a la huelga, el candidato presidencial republicano Mitt Romney culpó al presidente demócrata, como ha hecho anteriormente, de poner a los sindicatos “por delante” de los maestros.
En un comunicado difundido por su campaña electoral, Romney dijo que la huelga decretada por el sindicato “da la espalda no sólo a las negociaciones en buena fe por parte de la ciudad sino también a cientos de miles de niños que confían en el sistema de escuelas públicas” del país.
Según Romney, los sindicatos de maestros demuestran con frecuencia que sus intereses están en conflicto con los “de nuestros niños, y ahora estamos viendo uno de los ejemplos más claros”.
Más de 29 mil maestros fueron al paro después del fracaso de negociaciones hasta altas horas del domingo sobre un nuevo contrato laboral entre el sindicato y representantes del sistema de escuelas públicas.
La huelga afecta a 144 escuelas y a casi 400 mil estudiantes. La última registrada en Chicago tuvo efecto en 1987 y duró 19 días.
El contrato de los maestros concluyó el junio pasado y luego de meses de negociaciones no se logró un acuerdo sobre los puntos más problemáticos, relacionados con aumentos salariales y el derecho a beneficios.
Karen Lewis, quien preside el Sindicato de Maestros de Chicago, dijo que ir a la huelga había sido de “una decisión difícil que hubiésemos deseado evitar”.
Decepcionado, el alcalde de la ciudad y ex jefe de gabinete del presidente Barack Obama, Rahm Emanuel, dijo en rueda de prensa que ambas partes habían progresado tanto en las negociaciones que el paro era “innecesario”.
Tratando de sacarle partido político a la huelga, el candidato presidencial republicano Mitt Romney culpó al presidente demócrata, como ha hecho anteriormente, de poner a los sindicatos “por delante” de los maestros.
En un comunicado difundido por su campaña electoral, Romney dijo que la huelga decretada por el sindicato “da la espalda no sólo a las negociaciones en buena fe por parte de la ciudad sino también a cientos de miles de niños que confían en el sistema de escuelas públicas” del país.
Según Romney, los sindicatos de maestros demuestran con frecuencia que sus intereses están en conflicto con los “de nuestros niños, y ahora estamos viendo uno de los ejemplos más claros”.
