La cuenta es sencilla. La población de origen hispano es la de más rápido crecimiento en Estados Unidos, y si en las pasadas elecciones de 2008 la fuerza de su sufragio ya se consideraba influyente en las de este año con más razón, puesto que ahora hay 23 milllones 700 mil latinos aptos para votar.
Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO),a los comicios del 6 de noviembre podrían acudir a los colegios electorales un récord de hasta 12,2 millones de hispanos, 26 por ciento más que hace cuatro años, cuando su participación alcanzó proporción histórica en una elección presidencial en el país.
En los comicios de 2008, el 67 por ciento de los hispanos votaron por Obama y sólo el 31 por ciento lo hizo por su entonces contendiente John McCain e históricamente los latinos en general se han inclinado a favorecer más a los demócratas que a los republicanos. El gran problema es que el abstencionismo entre los hispanos es alto, de alrededor del 50 por ciento.
Conscientes de esa realidad, a ambos partidos les preocupa mucho no sólo cuántos hispanos saldrán a votar sino dónde, porque su sufragio promete ser clave en algunos estados considerados claves por lo reñida que es allí la contienda, especialmente en Colorado, Florida y Nevada en incluso en Virginia, Iowa y Carolina del Norte.
Ese es el motivo por el que los demócratas ha apostado fuerte al voto hispano en esos estados para tratar de mantener la ventaja latina obtenida por Obama en 2008 , que fue de 61 por ciento en Colorado, de 57 por ciento en Florida y de 76 por ciento en Nevada.
Por eso el Partido Demócrata ha invertido grandes sumas de dinero en anuncios electorales en español, que según el diario The New York Times prácticamente duplican lo gastado por los republicanos: $8,9 millones frente a los $4,6 millones que destinó con ese fin el equipo de Romney.
Analistas destacan el caso típico de Florida, donde el poderoso voto cubanoamericanos es mayoritariamente republicano pero en los últimos años se ha visto equilibrado por el de los puertorriqueños residentes en el estado, que tienden a votar demócrata.
Eso sin contar que de acuerdo con las autoridades electorales de ese estado si hasta 2002 había más votantes hispanos registrados como republicanos, la cuenta se ha invertido y de los latinos inscritos para votar este año el 30 por ciento son de ese partido y el 38 por ciento demócratas.
Pero una cosa es lo que dicen las estadísticas y otra podría ser por quién decidan votar los electores de esa comunidad el próximo martes. Muchos de los votantes aún afectados por los destrozos del huracán Sandy podrían sentirse desestimulados a acudir a las urnas, sobre todo en Nueva York y Nueva Jersey, donde en 2008 el 78 por ciento del voto hispano fue para Obama.
Además, faltando sólo cuatro días para los comicios, en lo que sin duda es una muy mala noticia para los demócratas, el Departamento de Trabajo informó la víspera que el índice de desempleo entre los hispanos subió a 10 por ciento y sigue estando por encima del promedio general del país (7,9 por ciento).
Previamente, una encuesta de NBC/Telemundo/Wall Street Journal difundida hace dos semanas, reveló que sólo el 68 por ciento de los hispanos se sentían motivados a ir a votar, una proporción menor que el 76 por ciento que dijo estarlo cuando se hizo el mismo sondeo antes de las elecciones de 2008.
Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO),a los comicios del 6 de noviembre podrían acudir a los colegios electorales un récord de hasta 12,2 millones de hispanos, 26 por ciento más que hace cuatro años, cuando su participación alcanzó proporción histórica en una elección presidencial en el país.
En los comicios de 2008, el 67 por ciento de los hispanos votaron por Obama y sólo el 31 por ciento lo hizo por su entonces contendiente John McCain e históricamente los latinos en general se han inclinado a favorecer más a los demócratas que a los republicanos. El gran problema es que el abstencionismo entre los hispanos es alto, de alrededor del 50 por ciento.
Conscientes de esa realidad, a ambos partidos les preocupa mucho no sólo cuántos hispanos saldrán a votar sino dónde, porque su sufragio promete ser clave en algunos estados considerados claves por lo reñida que es allí la contienda, especialmente en Colorado, Florida y Nevada en incluso en Virginia, Iowa y Carolina del Norte.
Ese es el motivo por el que los demócratas ha apostado fuerte al voto hispano en esos estados para tratar de mantener la ventaja latina obtenida por Obama en 2008 , que fue de 61 por ciento en Colorado, de 57 por ciento en Florida y de 76 por ciento en Nevada.
Por eso el Partido Demócrata ha invertido grandes sumas de dinero en anuncios electorales en español, que según el diario The New York Times prácticamente duplican lo gastado por los republicanos: $8,9 millones frente a los $4,6 millones que destinó con ese fin el equipo de Romney.
Analistas destacan el caso típico de Florida, donde el poderoso voto cubanoamericanos es mayoritariamente republicano pero en los últimos años se ha visto equilibrado por el de los puertorriqueños residentes en el estado, que tienden a votar demócrata.
Eso sin contar que de acuerdo con las autoridades electorales de ese estado si hasta 2002 había más votantes hispanos registrados como republicanos, la cuenta se ha invertido y de los latinos inscritos para votar este año el 30 por ciento son de ese partido y el 38 por ciento demócratas.
Pero una cosa es lo que dicen las estadísticas y otra podría ser por quién decidan votar los electores de esa comunidad el próximo martes. Muchos de los votantes aún afectados por los destrozos del huracán Sandy podrían sentirse desestimulados a acudir a las urnas, sobre todo en Nueva York y Nueva Jersey, donde en 2008 el 78 por ciento del voto hispano fue para Obama.
Además, faltando sólo cuatro días para los comicios, en lo que sin duda es una muy mala noticia para los demócratas, el Departamento de Trabajo informó la víspera que el índice de desempleo entre los hispanos subió a 10 por ciento y sigue estando por encima del promedio general del país (7,9 por ciento).
Previamente, una encuesta de NBC/Telemundo/Wall Street Journal difundida hace dos semanas, reveló que sólo el 68 por ciento de los hispanos se sentían motivados a ir a votar, una proporción menor que el 76 por ciento que dijo estarlo cuando se hizo el mismo sondeo antes de las elecciones de 2008.