Los asesores de campaña del presidente Barack Obama están atacando fuertemente al virtual candidato republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, con el argumento de que sus planes económicos tendrían un “impacto desastroso” especialmente en 15 estados del país.
El equipo demócrata ha difundido reportes según los cuales un triunfo republicano resultaría en impuestos más altos para los pequeños negocios y familias de clase media, con repercusiones terribles en los estados de Arizona, Colorado, Florida, Iowa, Massachussets y Michigan.
También en Minnesota, Nevada, Nueva Hampshire, Nuevo México, Carolina del Norte, Ohio, Pennsylvania, Virginia y Wisconsin, una predicción que el equipo de campaña de Romney niega con una respuesta igualmente categórica: quien busca elevar los impuestos es el presidente y no su rival.
Los estrategas demócratas están poniendo de relieve el lema de que la visión de Obama para reconstruir económicamente a EE.UU. busca recompensar el trabajo duro, la responsabilidad y que cada cual aporte en su justa proporción, una indirecta alusión al criterio defendido por presidente de que los ricos deben dar más al país.
La idea de que Romney elevará los impuestos se fundamenta en gran parte en un estudio hecho por el grupo independiente Tax Policy Center, según el cual el republicano tendría que recortar deducciones impositivas muy populares hoy entre la clase media, como las que se aplican por las hipotecas y por hijos que dependen de sus padres.
La razón para hacerlo sería poder financiar su propuesta de reducciones tributarias por valor de $5 billones de dólares, que en su mayor parte beneficiarían a los estadounidenses más adinerados, según señaló el estudio.
No obstante, el portavoz de la campaña republicana, Ryan Williams, ha dicho que eso es lo último que dadas las actuales circunstancias económicas Romney haría. Su plan, indicó, es el de “fortalecer a la clase media con impuestos más bajos, reducir el déficit y darle un vuelco a la economía”.
El equipo demócrata ha difundido reportes según los cuales un triunfo republicano resultaría en impuestos más altos para los pequeños negocios y familias de clase media, con repercusiones terribles en los estados de Arizona, Colorado, Florida, Iowa, Massachussets y Michigan.
También en Minnesota, Nevada, Nueva Hampshire, Nuevo México, Carolina del Norte, Ohio, Pennsylvania, Virginia y Wisconsin, una predicción que el equipo de campaña de Romney niega con una respuesta igualmente categórica: quien busca elevar los impuestos es el presidente y no su rival.
Los estrategas demócratas están poniendo de relieve el lema de que la visión de Obama para reconstruir económicamente a EE.UU. busca recompensar el trabajo duro, la responsabilidad y que cada cual aporte en su justa proporción, una indirecta alusión al criterio defendido por presidente de que los ricos deben dar más al país.
La idea de que Romney elevará los impuestos se fundamenta en gran parte en un estudio hecho por el grupo independiente Tax Policy Center, según el cual el republicano tendría que recortar deducciones impositivas muy populares hoy entre la clase media, como las que se aplican por las hipotecas y por hijos que dependen de sus padres.
La razón para hacerlo sería poder financiar su propuesta de reducciones tributarias por valor de $5 billones de dólares, que en su mayor parte beneficiarían a los estadounidenses más adinerados, según señaló el estudio.
No obstante, el portavoz de la campaña republicana, Ryan Williams, ha dicho que eso es lo último que dadas las actuales circunstancias económicas Romney haría. Su plan, indicó, es el de “fortalecer a la clase media con impuestos más bajos, reducir el déficit y darle un vuelco a la economía”.