Enfurecidos manifestantes treparon este martes por los muros de la embajada de EE.UU. en El Cairo e hicieron jirones la bandera estadounidense que ondeaba en la legación diplomática, presumiblemente en repudio por una película que según ellos insulta al profeta Mahoma.
La policía y el personal egipcio que custodiaba la embajada no pudo impedir que en lugar de la bandera decenas de asaltantes que habían entrado al patio izaran un estandarte negro con la siguiente inscripción islámica: “No hay ningún Dios sino Alá y Mahoma es su mensajero”.
Tras el asalto inicial, agentes antimotines egipcios establecieron perímetros de defensa en torno a la embajada para impedir que los manifestantes avanzaran hacia el interior del edificio, pero miles de islamistas se mantenían esta noche frente a la instalación.
Casi todo el personal diplomático había abandonado el edificio antes del incidente, y el embajador no se hallaba en la ciudad.
Aunque no ha sido esclarecido qué filme de manufactura al parecer estadounidense los incomodó, varios individuos se identificaron como organizadores de la protesta, entre ellos el líder salafista Wesam Abdel-Wareth.
También Mohammed al Zawahiri, hermano del cabecilla de al Qaeda-- el egipcio Ayman al Zawahiri--, dijo que la protesta “pacífica” había sido secundada por diferentes facciones islámicas, incluida la denominada Jihad Islámica y el movimiento salafista de Hazem Abu Ismael.
Durante el asalto a la embajada, la encolerizada multitud coreó más de un eslogan contra EE.UU y varios sujetos enseñaron ante las cámaras de televisión los jirones de la bandera estadounidense.
Funcionarios de la legación diplomática difundieron un aviso a los estadounidenses en Egipto para que eludan las demostraciones que puedan ocurrir en las próximas horas frente a la embajada o edificios del gobierno egipcio.
Según la alerta, los estadounidenses deben evitar “grandes concurrencias y los viajes no esenciales al centro de la ciudad o sus alrededores”.
La nota también indicó que la embajada estadounidense “condena los continuados esfuerzos por confundir a individuos y herir los sentimientos religiosos de los musulmanes", de igual manera que condena --dijo-- "los esfuerzos para ofender a los creyentes de todas las religiones”.
La policía y el personal egipcio que custodiaba la embajada no pudo impedir que en lugar de la bandera decenas de asaltantes que habían entrado al patio izaran un estandarte negro con la siguiente inscripción islámica: “No hay ningún Dios sino Alá y Mahoma es su mensajero”.
Tras el asalto inicial, agentes antimotines egipcios establecieron perímetros de defensa en torno a la embajada para impedir que los manifestantes avanzaran hacia el interior del edificio, pero miles de islamistas se mantenían esta noche frente a la instalación.
Casi todo el personal diplomático había abandonado el edificio antes del incidente, y el embajador no se hallaba en la ciudad.
Aunque no ha sido esclarecido qué filme de manufactura al parecer estadounidense los incomodó, varios individuos se identificaron como organizadores de la protesta, entre ellos el líder salafista Wesam Abdel-Wareth.
También Mohammed al Zawahiri, hermano del cabecilla de al Qaeda-- el egipcio Ayman al Zawahiri--, dijo que la protesta “pacífica” había sido secundada por diferentes facciones islámicas, incluida la denominada Jihad Islámica y el movimiento salafista de Hazem Abu Ismael.
Durante el asalto a la embajada, la encolerizada multitud coreó más de un eslogan contra EE.UU y varios sujetos enseñaron ante las cámaras de televisión los jirones de la bandera estadounidense.
Funcionarios de la legación diplomática difundieron un aviso a los estadounidenses en Egipto para que eludan las demostraciones que puedan ocurrir en las próximas horas frente a la embajada o edificios del gobierno egipcio.
Según la alerta, los estadounidenses deben evitar “grandes concurrencias y los viajes no esenciales al centro de la ciudad o sus alrededores”.
La nota también indicó que la embajada estadounidense “condena los continuados esfuerzos por confundir a individuos y herir los sentimientos religiosos de los musulmanes", de igual manera que condena --dijo-- "los esfuerzos para ofender a los creyentes de todas las religiones”.