A diferencia de los temas de defensa y de inmigración, este último abordado mayormente por oradores hispanos, la constante en todos los discursos pronunciados en la Convención Nacional Republicana que sesiona en Tampa, Florida, ha sido la situación económica del país y cuánto ha afectado ésta a la clase media.
Los republicanos cerraron fila en la Convención en torno a su candidato a la presidencia, Mitt Romney, defendiendo sus credenciales como líder para dar un giro a la economía del país y devolver el sosiego a millones de hogares estadounidenses, echando por la borda la política económica aplicada por el presidente Barack Obama.
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En todos los discursos han abundado las referencias al incremento del desempleo y la pobreza en los últimos cuatro años, a las promesas de prosperidad incumplidas por el gobierno de Obama, al dinero que según los republicanos han dilapidado los demócratas, y el lema más enarbolado en el Tampa Bay Times Forum ha sido el de “nosotros podemos cambiarlo”.
El martes, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, destacó que a diferencia de los cuatro años en que ha gobernado Obama, con Romney el país no vivirá más penurias sino "un segundo siglo americano (…) Los estadounidenses –dijo– nunca hemos sido víctimas del destino, siempre hemos sido dueños de nosotros mismos".
La esposa de Romney, Ann Romney, en sus palabras pronunciadas ese mismo día, señaló que los estadounidenses "pueden confiar" en su marido, porque "moverá cielo y tierra para que este país sea un sitio mejor". Y en su discurso de aceptación de la candidatura a vicepresidente, Paul Ryan subrayó al día siguiente que Obama no cumplió con su promesa de recuperar la economía.
Ryan dedicó la mayor parte de su intervención a explicar por qué considera que las políticas económicas de los demócratas han fracasado y puso de relieve que en el país hay 23 millones de estadounidenses que batallan a diario por conseguir empleo y uno de cada seis viven en la pobreza.
"Luego de cuatro años de evasivas, el país necesita un giro de 180 grados, y el hombre para hacer ese trabajo es el gobernador Mitt Romney", sentenció.
Otros oradores, especialmente los hispanos, centraron sus críticas contra Obama aludiendo especialmente al alto desempleo en el país y a la precaria situación económica que con mayor dureza enfrenta la clase media.
Uno de ellos, la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, enfatizó que "el sueño americano es tener éxito", y el único candidato, que puede hacer que ese sueño esté nuevamente al alcance de todos, dijo, es Mitt Romney.
Los republicanos cerraron fila en la Convención en torno a su candidato a la presidencia, Mitt Romney, defendiendo sus credenciales como líder para dar un giro a la economía del país y devolver el sosiego a millones de hogares estadounidenses, echando por la borda la política económica aplicada por el presidente Barack Obama.
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En todos los discursos han abundado las referencias al incremento del desempleo y la pobreza en los últimos cuatro años, a las promesas de prosperidad incumplidas por el gobierno de Obama, al dinero que según los republicanos han dilapidado los demócratas, y el lema más enarbolado en el Tampa Bay Times Forum ha sido el de “nosotros podemos cambiarlo”.
El martes, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, destacó que a diferencia de los cuatro años en que ha gobernado Obama, con Romney el país no vivirá más penurias sino "un segundo siglo americano (…) Los estadounidenses –dijo– nunca hemos sido víctimas del destino, siempre hemos sido dueños de nosotros mismos".
La esposa de Romney, Ann Romney, en sus palabras pronunciadas ese mismo día, señaló que los estadounidenses "pueden confiar" en su marido, porque "moverá cielo y tierra para que este país sea un sitio mejor". Y en su discurso de aceptación de la candidatura a vicepresidente, Paul Ryan subrayó al día siguiente que Obama no cumplió con su promesa de recuperar la economía.
Ryan dedicó la mayor parte de su intervención a explicar por qué considera que las políticas económicas de los demócratas han fracasado y puso de relieve que en el país hay 23 millones de estadounidenses que batallan a diario por conseguir empleo y uno de cada seis viven en la pobreza.
"Luego de cuatro años de evasivas, el país necesita un giro de 180 grados, y el hombre para hacer ese trabajo es el gobernador Mitt Romney", sentenció.
Otros oradores, especialmente los hispanos, centraron sus críticas contra Obama aludiendo especialmente al alto desempleo en el país y a la precaria situación económica que con mayor dureza enfrenta la clase media.
Uno de ellos, la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, enfatizó que "el sueño americano es tener éxito", y el único candidato, que puede hacer que ese sueño esté nuevamente al alcance de todos, dijo, es Mitt Romney.