Los legisladores en Nevada acordaron enviar boletas a todos los votantes en este estado del noroeste de Estados Unidos para la elecciones presidenciales de noviembre, una decisión que generó el rechazo inmediato del presidente Donald Trump, quien calificó la medida como “injusta” para los republicanos.
La legislación, que se espera sea firmada por el gobernador demócrata Steve Sisolak, convertiría a Nevada en el octavo estado que automáticamente enviaría papeletas para votar por correo para facilitar el sufragio y evitar así las previsibles filas el 3 de noviembre, en medio del continuo brote de coronavirus en Estados Unidos.
Trump ha argumentado, sin aportar pruebas, que un aumento en la votación por correo, en Nevada y otros estados, resultará en un fraude generalizado y una elección manipulada en su contra.
El presidente amenazó con demandar para bloquear el cambio en la forma de votación en Nevada, donde perdió por unos 27.000 votos frente a Hillary Clinton en 2016. Las encuestas muestran ahora que el estado se inclina a favor del presunto nominado demócrata, el exvicepresidente Joe Biden, por encima de Trump, a sólo tres meses de las elecciones.
Nevada tiene seis votos de los 270 necesarios para ganar la presidencia en el Colegio Electoral, que rige el sistema indirecto de elecciones en el país, en el que los resultados de cada estado determinan quién ganará un período de cuatro años en la Casa Blanca.
“En un golpe de estado ilegal a altas horas de la noche, el gobernador de la Casa Club de Nevada hizo imposible que los republicanos puedan ganar ese estado. El Servicio Postal jamás podría manejar el tráfico de votos por correo sin la debida preparación. Usan el COVID-19 para robarse ese estado. Nos vemos en los tribunales!”, sostuvo Trump en un mensaje publicado en su cuenta personal de Twitter.
En años anteriores, cinco de los 50 estados, incluyendo a Utah, controlado por republicanos, han realizado votaciones por correo con pocos alegatos de fraude. Dos estados demócratas, California y Vermont, decidieron este año adoptar las votaciones por correo, pero Trump ha lanzado repetidos ataques contra estados que han modificado las restricciones para facilitar la votación en medio de la pandemia.
Más que fraude en la votación, el país podría enfrentarse a un dilema relacionado con el conteo de los votos el día de las elecciones, el 3 de noviembre, ya que los estadounidenses están acostumbrados a conocer quién ganó los comicios el mismo día en que ellos depositan sus boletas.
El conteo de papeletas por correo en estados que han celebrado estos últimos meses sus elecciones primarias de partidos políticos se ha demorado hasta semanas en algunas contiendas, posiblemente presagiando dificultades alrededor del país en la elección presidencial. Dos elecciones en Nueva York que fueron realizadas a finales de junio tienen aún que definirse debido a la lentitud del conteo de los votos por correo.