El secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció que Estados Unidos ofrecerá una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca al arresto de quienes intenten interferir con las elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo 3 de noviembre.
Hablando de Rusia “y otros actores malignos”, Pompeo se refirió al Programa de Recompensas por la Justicia que “ofrece hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a la identificación o ubicación de cualquier persona que actúe bajo la dirección o bajo el control de un gobierno extranjero, para interferir con las elecciones estadounidenses al participar en ciertas actividades cibernéticas criminales”.
Un informe del Departamento de Estado, titulado 'Los pilares de la desinformación y propaganda rusas', describe el trabajo que realiza EE.UU. “para contrarrestar la desinformación y la propaganda extranjeras”.
El informe, elaborado por el Centro de Compromiso Global (GEC, por sus siglas en inglés), busca “exponer y contrarrestar las amenazas de los actores malignos que utilizan estas tácticas”, y afirma que “en este campo, Rusia sigue siendo una amenaza principal”.
Revela que el ecosistema ruso de desinformación y propaganda consta de cinco pilares principales: comunicaciones oficiales del gobierno, mensajes globales financiados por el Estado, cultivo de terceras fuentes, manipulación de las redes sociales y desinformación cibernética.
El informe también enfoca la atención en la táctica rusa de aprovechar las voces de poder que propagan la desinformación y la propaganda pro-Kremlin.
Sobre los proxis (representantes o terceros), el documento alerta de que “algunas de las personas e instituciones detrás de estos sitios se benefician enormemente de una asociación con el Kremlin”.
Igualmente destaca que “en algunos casos, estos medios han publicado o repetido artículos escritos por personas falsas, atribuidas por Facebook a la inteligencia militar rusa”.
El estudio señala directamente a la publicación The Strategic Culture Foundation Global Research, a la que atribuye la estrategia de publicar escritos de pensadores occidentales independientes y teóricos de la conspiración, con el propósito de ocultar los fines pro-rusos de la revista. Esta táctica, indica el análisis, ayuda a que el sitio parezca “una voz orgánica”, dentro de su público, en el mundo occidental.