La tercera jornada de la Convención Nacional Demócrata estuvo marcada por la intervención de dos de las grandes figuras del partido: la senadora Kamala Harris, que aceptó su candidatura a la vicepresidencia con un mensaje de nostalgia y esperanza, y el expresidente Barack Obama, que pronunció un discurso marcado por las críticas a su sucesor, Donald Trump.
"Sigo pensando en esa mujer india de 25 años, de cinco pies de altura, que me dio a luz en el Hospital Kaiser, en California. Ese día seguramente jamás hubiera podido pensar que yo estaría aquí ahora, frente a ustedes, pronunciando estas palabras: acepto la candidatura para vicepresidenta de EE.UU.", dijo Harris en el que fue, sin lugar a dudas, el momento más emotivo de la noche.
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En su discurso de aceptación, la ex fiscal general del estado de California rememoró cómo sus padres llegaron al país como inmigrantes y resaltó el esfuerzo que hizo su madre para, una vez divorciada, sacar adelante a sus dos hijas. "Mi madre me enseñó que el servicio a los demás le da propósito y significado a la vida", aseguró.
Harris centró su intervención en las minorías sociales, e instó a sus compatriotas a hacer frente al "racismo estructural" que afecta al país.
"La gente negra, latina e indígena está sufriendo y muriendo de manera desproporcionada. Y no es una coincidencia, es la consecuencia del racismo estructural", observó.
Por ello, Harris hizo un llamamiento directo al pueblo estadounidense: "Podemos hacerlo mejor".
"Merecemos mucho más. Debemos elegir a un presidente que aporte algo diferente, algo mejor", dijo, en referencia a Joe Biden, quien a sus 77 años de edad aspira a convertirse en el 46º presidente de EE.UU.
Harris reconoció que el camino "no será fácil" y que es posible que, en caso de ser elegidos, Biden y ella no logren todo lo que se proponen, pero se comprometió a actuar siempre "valientemente".
"Debemos luchar con convicción, con esperanza y con confianza (...). Sabemos que es posible", concluyó.
Casi al mismo tiempo, Donald Trump, que dio muestras de seguir la convención con atención, a juzgar por su hilo de Twitter, criticó el hecho de que Biden hubiera optado por Harris como compañera de fórmula, rememorando los duros desencuentros que ambos protagonizaron cuando la senadora aún aspiraba a postularse como presidenta.
"Pero, ¿no le llamó racista? ¿No dijo ella que él era un incompetente?", se preguntó el mandatario en un tuit.
Cabe señalar que, durante uno de los debates de las primarias demócratas, Harris reprochó a Biden el haber colaborado en el pasado con legisladores segregacionistas, pero nunca le llegó a llamar "racista".
Los golpes de Obama
Por su parte, el expresidente Obama cargó con dureza contra Trump, a quien llegó a responsabilizar de la muerte de 170.000 personas debido a su gestión de la pandemia.
"Donald Trump no ha madurado como parte de su trabajo, porque no puede. Y las consecuencias de ese fracaso son severas. La muerte de 170.000 estadounidenses; millones de empleos, desaparecidos", denunció Obama durante su intervención en la tercera jornada de la Convención Nacional Demócrata.
Obama acusó al actual presidente de no estar a la altura del cargo y le echó en cara que no se haya erigido en un "guardián" de los valores y de la democracia estadounidense.
"Como mínimo, deberíamos esperar que un presidente sienta una cierta responsabilidad por la seguridad y el bienestar de todos nosotros", sostuvo. "Yo esperaba, por el bien de nuestro país, que Donald Trump mostrara algún interés en tomarse el trabajo en serio, que llegaría a sentir la responsabilidad del cargo (...), pero nunca lo hizo".
Por estos motivos, Obama no dudó en pedir el voto para Biden y Harris quienes, además, según dijo, volverán a poner a EE.UU. en su "lugar en el mundo".
“Él sabe que nuestra verdadera fuerza procede de dar un ejemplo que el mundo quiera seguir. Ser una nación que apoya democracias, no dictaduras; una nación que pueda inspirar y movilizar a otras frente a amenazas como el cambio climático o el terrorismo", zanjó.