Una marcha de derechos civiles en Washington el sábado da inicio a una semana de protestas antes de la juramentación de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
La marcha ha sido organizada por activistas indignados por comentarios republicanos sobre grupos minoritarios, incluidos musulmanes y mexicanos.
El líder de derechos civiles reverendo Al Sharpton liderará la marcha, que recorrerá la Alameda Nacional hasta el monumento a Martin Luther King Jr., ubicado a unos 3 kilómetros del Capitolio de la nación, donde Trump será juramentado el 20 de enero.
Los controversiales comentarios sobre inmigrantes y mujeres hechos por el ahora presidente electo durante la campaña, y su promesa de revertir la reforma de la ley de cuidado de la salud aprobada por el presidente Barack Obama, considerado su logro doméstico más importante, han provocado la ira de muchos ciudadanos de tendencia liberal, quienes han planeado una serie de protestas.
"La marcha de 2017 unirá a la gente para insistir en el cambio y la responsabilidad", dijo el reverendo Sharpton. "Donald Trump y su administración necesitan escuchar nuestra voz y nuestras preocupaciones", agregó.
Grupos de derechos civiles, incluida la National Action Network, que encabeza Sharpton, la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP), el Consejo Nacional de la Raza y legisladores demócratas como la senadora Kirsten Gillibrand de Nueva York, han confirmado su asistencia a la marcha del sábado.
Los organizadores calculan que unas 25.000 personas acudirán a la protesta.
Cerca de 30 grupos, casi todos opositores de Trump, han recibido permiso para realizar protestas antes, durante y después de la toma de posesión presidencial del magnate inmobiliario.
Hasta ahora, el mayor evento se anticipa que será la llamada Marcha de las Mujeres el día después de la juramentación de Trump, que según los organizadores podría atraer a unas 200.000 personas.
Miles de opositores de Trump han prometido impedir la toma de posesión, incluyendo el bloqueo de puntos de seguridad a lo largo de la ruta del desfile presidencial.
La Policía de Washington y el Servicio Secreto planean tener unos 3.000 agentes y otros 5.000 miembros de la Guardia Nacional para proteger los eventos del día de la juramentación, y para controlar las protestas a fin de que se realicen pacíficamente.