Al finalizar 2011 también se acabaron miles de millones de dólares en apoyo del gobierno estadounidense a las empresas que convierten el maíz en alcohol para combustible de motores, un gran cambio en la política de Estados Unidos.
El desgravamen era de aproximadamente 50 centavos de dólar por casi cuatro litros de etanol, a un costo de $6.000 millones de dólares en 2011, en momentos en que los políticos discutían por el costo del gobierno.
El apoyo financiero y los aranceles a las importaciones de etanol tenían la intención de impulsar la industria alterna del combustible hace más de 30 años. Quienes favorecían la política argumentaban que el etanol producido en Estados Unidos ayudaba a reducir la dependencia del petróleo importado y la contaminación producida por autos y camiones.
Los desgravámenes expiraron al finalizar 2011 después que sus oponentes argumentaron que la contaminación por la producción de maíz era mucho mayor al impacto del etanol en las emisiones de vehículos.