Dos semanas después de haber tomado el control de la Cámara de Representantes de EE.UU., los legisladores republicanos votaron a favor de derogar la ley que reforma la cobertura de salud.
La votación, 245 votos a 189, probablemente sea un mero simbolismo porque la medida no tiene posibilidades de ser aprobada en el Senado, donde los demócratas conservan mayoría. De cualquier manera, de no ser así el presidente Obama ha dicho que vetaría el proyecto.
Los propios republicanos admiten que es poco probable que la ley pueda ser rechazada en su totalidad, pero siguen albergando esperanzas de que al menos lo logren parcialmente y puedan anular algunas partes bloqueándoles el financiamiento.
El grueso de la ley, que fue aprobada por la anterior Legislatura tras un año de encendidas discusiones políticas, no entraría plenamente en vigor hasta el 2014.
La legislación extiende la cobertura de salud en un periodo de cuatro años a 32 millones de estadounidenses que carecen de seguro médico, e impide que las compañías de seguros nieguen cobertura a pacientes enfermos.
También concede exenciones tributarias a familias con ingresos insuficientes para pagar los seguros, y autoriza que los padres incorporen a sus planes de cobertura médica a sus hijos de hasta 26 años de edad.
Entre otras objeciones, los republicanos han dicho que la ley no ayudará a generar más empleos y tendrá un costo muy alto para el erario público. Los demócratas, por el contrario, sostienen que sería mucho más costoso para el país rechazarla.
Durante una Conferencia organizada por el Comité Nacional demócrata, el congresista por California Xavier Becerra dijo que si se revoca la ley, los hispanos perderían “los derechos y libertades" que lograron con la reforma.
Elena Ríos, presidenta de la Asociación Nacional de Médicos Hispanos, señaló que la eliminación de la reforma “va a crear un desastre”, porque ésta incluye programas de prevención de salud y amplía la cobertura médica a la mayoría de los estadounidenses.
“Vamos a ver que más gente muere a una edad más temprana porque no tienen acceso a un cuidado médico asequible”, dijo.
Gobiernos estatales opuestos
Otros seis estados, todos con secretarios de Justicia republicanos, se sumaron a una demanda judicial presentada por Florida contra la reforma de salud, de manera que hasta ahora ya son 26 (de 50) los gobiernos estatales que desafían la ley.
Los sondeos indican que la opinión pública nacional está dividida acerca del impacto real que tendrá la legislación, y al calor de la reanudación de los debates en la Cámara de Representantes las discusiones han tomado nuevamente fuerza en todo el país.
Según una encuesta realizada por la firma Thomson Reuters y la empresa HCPlexus, casi dos terceras partes de cerca de tres mil médicos entrevistados temen que la reforma de salud pueda empeorar la atención que se da a los pacientes.
La mayoría de los médicos también opinaron que inundará los consultorios con un aumento excesivo de pacientes y los obligará a trabajar más por menos ingresos.
El sondeo reveló que el 65 por ciento de los médicos creen que la calidad de los servicios médicos disminuirá durante los próximos cinco años, y sólo el 18 por ciento estiman que mejorará.