El aumento del salario mínimo en Estados Unidos empieza a mostrar fuertes señales con varios Estados dispuestos a considerarlo e implementarlo, en un proceso que se compromete con la clase media del país.
Los estados de Nueva York y California lideran los esfuerzos para lograr un salario mínimo de $15 dólares por hora, lo que en algunos casos significará un aumento del 90%.
Trabajadores de las cadenas de comida rápida como McDonald's fueron los primeros en ganar las calles y protestar por un salario que se mantiene sin cambios, $8.50 dólares por hora, desde hace muchos años.
En tanto, el sistema de la Universidad de California que cuenta con más de 240.000 estudiantes, anuncia la misma medida para sus trabajadores y también considera elevar el salario mínimo a $15 dólares la hora.
Algunas universidades públicas en los estados de Washington, Indiana y Tennessee han tomado la decisión de aumentar el salario de trabajadores por encima del nivel de los $8 dólares, aunque sin considerar llegar tan alto como los $15 dólares.
En el caso de las empresas del sector privado, sus preocupaciones se expresan a través del precio de sus productos, considerando que algunos de los incrementos tendrían que ser traducidos en el costo de los servicios al consumidor.
Sin embargo, los economistas aseguran que un incremento salarial permite un mayor gasto del consumidor por lo que el movimiento económico en el país es el principal beneficiado.
El tema ya se ha incorporado en las campañas políticas de los demócratas y republicanos, la mayoría de los cuales se ha manifestado a favor de un aumento del salario mínimo.
El argumento central sigue siendo la necesidad de potenciar a un enorme número de trabajadores que actualmente tiene reducidas posibilidades de mejorar su vida y alcanzar el sueño americano.