Tras el colapso de la Unión Soviética, los rusos se comieron casi todas las reses, se quedaron sin ejemplares de cría y se vieron en la necesidad de pedir ayuda, la que acudieron a darles un grupo de vaqueros norteamericanos o cowboys.
En ranchero estadounidense Darrell Stevenson es uno de los que viajó a las zonas rurales de Rusia y no para filmar una película del oeste, sino para llevar ganado y enseñarles a los rusos todo lo que sabe hacer un cowboy.
Hoy en día, Rusia importa la mayor parte de la carne de res que consume, y sus cabezas de ganado no llegan al uno por ciento de las que hay en Estados Unidos, a pesar de que el país es rico en tierras y agua.
El año pasado, Stevenson llevó en barco y por vía aérea a Rusia 1.400 vacas Angus desde Montana y hace pocos meses tuvieron sus primeros terneros, nacidos en las llanuras de las famosas tierras negras rusas.
Con ayuda de dos hombres de negocio rusos, Stevenson ha establecido un rancho que tiene como objetivo fomentar un rebaño comercial de reses en el sur de Rusia.
Viktor Korovkin, que creció en un sitio cercano a la zona, destaca que la técnica de los vaqueros estadounidenses es mucho más moderna que la de sus compatriotas.
El año pasado, Ekaterina Zimina, nacida en San Petersburgo, la segunda mayor ciudad de Rusia, recibió entrenamiento como veterinaria en el rancho de Stevenson en Montana, donde aprendió técnicas de inseminación artificial y se entrenó en las artes de asistir a las reses en el parto.
Según ella, los rusos habían estado acostumbrados a trabajar con ganado lechero en establos cerrados y no con ganado de carne a campo abierto.
“Es realmente difícil hallar gente lo suficientemente buena como para trabajar con ese tipo de reses. Se sabe que Rusia es un país de ganado lechero. Son cosas completamente diferentes”, dijo Zimina.
Pero como los rusos están decididos a que el país llegue a autoabastecerse de alimentos, cada vez son más los inversionistas que viajan a la zona al sur de Moscú para ver qué se está haciendo en el nuevo rancho dirigido por vaqueros estadounidenses.
“Ya podemos mostrarles que estas cosas no se ven sólo en las películas, que los cowboys realmente existen, que hacen un trabajo duro y que también es posible hacerlo en Rusia”, dijo Zimina.
