Kenia y Tanzania observaron el martes el vigésimo aniversario de los mortales atentados de al-Qaeda contra las embajadas de Estados Unidos en esos países, que marcaron el surgimiento del grupo militante como una amenaza global.
Más de 250 personas resultaron muertas, incluyendo 12 estadounidenses, y casi 5.000 heridas en enorme explosiones que ocurrieron con apenas minutos de diferencia en Nairobi y Dar es Salaam.
El secretario de Estado Mike Pompeo dijo el martes que “nuestra cooperación con nuestros aliados africanos continúa más fuerte que nunca”.
El subsecretario de Estado, John Sullivan, dijo el martes que el aniversario es un recordatorio de la “valentía, el heroísmo, la compasión y el sacrificio” de las víctimas y supervivientes y la disposición de EE.UU. “es tan fuerte hoy como siempre” para derrotar a al-Qaeda y otros grupos militantes.
Las explosiones redujeron gran parte del interior de la embajada de EE.UU. en Kenia a escombros. La mayoría de las muertes en Kenia resultaron del colapso de los edificios adyacentes cercanos.
Bruce Neuhaus, un integrante de un equipo de rescate hace 20 años en Kenia regresó al sitio por primera vez recientemente para visitar un muro conmemorativo.
"Esta es la primera vez, hoy es la primera vez que estoy en el sitio y veo que algunos de los edificios aún están en pie. De hecho, estamos en el sitio donde pasamos cuatro o cinco días recuperando a muchos ciudadanos de Nairobi y que fueron víctimas del ataque. Te impacta mucho más que solo leerlo; al volver al sitio, regresan muchos recuerdos", indicó Neuhaus.
El Departamento de Estado dijo que la explosión en Tanzania ocurrió a cinco minutos de la explosión en Nairobi.
Los ataques a las embajadas de EE.UU. en África Oriental presentaron al público estadounidense a Osama Bin Ladin y al-Qaeda, quienes se atribuyeron la responsabilidad por la muerte y la destrucción.
A los pocos días de los atentados del 7 de agosto de 1998, dos asociados de Bin Ladin fueron arrestados y acusados de los ataques.
Bin Ladin fue muerto varios años más tarde, en mayo de 2011, por una unidad militar de élite de EE.UU. en un complejo en Pakistán.