El presidente Donald Trump dijo que ve "buenas probabilidades" de que haya paz entre Israel y Palestina, al recibir la visita del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, el miércoles en la Casa Blanca.
Trump dijo que haría "lo que sea necesario" para alcanzar la paz y se ofreció como "mediador, árbitro o facilitador" entre ambos lados.
"Queremos crear la paz", dijo Trump. "Creo que la lograremos", pero advirtió que un eventual acuerdo "no puede ser impuesto ni por Estados Unidos ni por ningún otro Estado".
Por su parte Abbas dijo que los palestinos reconocen el Estado de Israel y su derecho a existir y aseguró que apoya una solución "de dos estados" para resolver las relaciones entre Israel y Palestina.
"Estamos ante un nueva oportunidad, un nuevo horizonte, que nos permitirá alcanzar la paz", dijo el líder palestino.
La semana pasada Trump dijo que "no ve razón" para que no haya paz entre Israel y los palestinos. "Ninguna en absoluto", dijo el mandatario. Abbas por su parte, declaró hace poco que bajo el liderazgo de Trump "es posible un histórico pacto" para poner fin al conflicto de décadas con Israel.
Abbas tiene modestas metas para la visita. Según funcionarios palestinos, uno de sus principales objetivos será sencillamente escuchar el plan de Trump para revivir las conversaciones de paz.
Pero, el líder palestino espera utilizar la reunión para mejorar su disminuida imagen tanto en su territorio como en el extranjero, dicen analistas.
"Lo que él está tratando de hacer al venir es destacar su relevancia y demostrar que tiene un papel importante en este asunto y que será difícil hacer algo sin él", dice Dennis Ross, quien trabajó en las conversaciones de paz para el Medio Oriente bajo tres diferentes gobiernos estadounidenses.
Pero Abbas podría ser dejado de lado en los esfuerzos de Trump por revivir las conversaciones israelíes-palestinas, porque antes que buscar conversaciones directas entre las partes, el líder estadounidense ha sugerido reclutar a los países árabes para ayudar a formular un acuerdo de paz más amplio.
Esa idea podría estar basada en la Iniciativa de Paz Árabe de 2002, que sugería la creación de un estado palestino en los territorios ocupados por Israel a cambio de la normalización de relaciones entre Israel y las naciones árabes.
Sin embargo, la estrategia de la administración Trump no está clara. En febrero, el presidente Trump pareció rechazar la política de largo tiempo de EE.UU. durante una reunión con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, cuando dijo que estaba abierto a alternativas a la solución de dos estados.
Aunque diplomáticos estadounidenses aseguraron a funcionarios palestinos que Washington seguía comprometido con la idea de un estado palestino, muchos palestinos siguen preguntándose si Trump será un mediador imparcial.
Durante la campaña, Trump prometió que no habría "luz del día" entre su administración e Israel, y desde que asumió el mando se ha rodeado con asesores que tienen profundos vínculos con el movimiento de asentamientos israelíes.
Los líderes israelíes también esperan conocer más detalles de la estrategia de Trump, incluido el tema de si cumplirá su promesa de trasladar la Embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén, lo que sería tácitamente una aceptación de la soberanía israelí sobre la disputada ciudad.