Mientras los modelos computarizados han comenzado a predecir un menor número de muertes por coronavirus en Estados Unidos en relación con los cálculos iniciales, el epicentro del brote, la ciudad de Nueva York, seguía sumando víctimas y encerrada tras sus puertas.
El modelo del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, uno de los estudios que cita el grupo de trabajo de la Casa Blanca, ahora proyecta que las muertes en Estados Unidos serán más de 60.000 para el cuatro de agosto, por debajo de las casi 82.000 que había vaticinado el martes.
El instituto también modificó su previsión del pico de muertes diarias en Estados Unidos, que ahora es para el domingo, cuando prevé que mueran 2.212 personas por la enfermedad.
Después de esto, se considera que la tensión en el sistema de salud comenzará a disminuir un poco antes de lo esperado.
En Nueva York, el alcalde Bill de Blasio dijo el miércoles que los esfuerzos para contener la propagación del virus están dando algunos resultados, mientras que el gobernador Andrew Cuomo esperaba que esta semana comenzarán a disminuir los nuevos casos y las muertes.
Entre las estadísticas han surgido números sorprendentes, como que el 34% de los 3.602 fallecidos hasta el miércoles en Nueva York son hispanos, según mencionó el alcalde.
Al parecer, esto se debe a que sus condiciones económicas les dificultan respetar la cuarentena y se ven obligados a seguir trabajando en empleos como repartidores de comida, limpiadores o niñeras para alimentar a sus familias.
La pandemia ha trastornado la vida en Estados Unidos, con más del 90% de la población confinada en sus hogares y casi 10 millones de personas que han perdido sus empleos en las últimas semanas.
En ese sentido, el gobierno del presidente Donald Trump emitió nuevas directrices el miércoles para que muchos trabajadores esenciales que han estado expuestos al COVID-19 vuelvan a sus empleos si no presentan síntomas de infección con coronavirus.
Los expertos en salud siguen pidiendo a los estadounidenses que practiquen el distanciamiento social y eviten reanudar sus actividades habituales, pero al mismo tiempo se están preparando para el momento en que la amenaza más grave del coronavirus haya quedado atrás.
El doctor Anthony Fauci, director del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo que si las directrices actuales que piden a la gente un distanciamiento social hasta finales de abril tienen éxito para frenar la propagación del virus, se podrían emitir recomendaciones más relajadas.
Trump dijo también que sabe que los trabajadores están “enloqueciendo” en casa, pero no puede pronosticar cuándo se desvanecerá la amenaza por el virus.
Pese a los nuevos cálculos y algunas señales alentadoras, todo apunta todavía a meses de incertidumbre para el país.
Por ello, el Congreso se preparaba esta semana para añadir más fondos a un paquete de ayuda de 2 billones de dólares aprobado hace dos semanas para ayudar a trabajadores y negocios que no resultaron beneficiados por la medida.
El Senado se preparaba para votar el aumento este jueves con procedimientos que aprobarán el proyecto sin la necesidad de que muchos senadores regresen a Washington. La medida pasaría entonces a la Cámara de Representantes para una probable votación el viernes.
Hasta este jueves en Estados Unidos se registraban 423.438 casos confirmados del nuevo coronavirus y 14.808 muertes, en su gran mayoría en el estado de Nueva York.
Muchos dueños de negocios no fueron elegibles para solicitar ayuda porque sus bancos no estaban en la lista de prestamistas en el programa del gobierno, mientras que otros reportaron largas esperas para obtener información sobre las solicitudes.