El Departamento de Defensa de EE.UU. se apresta a anunciar en las próximas semanas su estrategia de guerra cibernética al detalle, y qué respuestas dará a eventuales ataques contra sistemas de computación que son vitales para el gobierno.
Hace dos semanas, la Casa Blanca difundió su estrategia para la seguridad en el ciberespacio que entre otras cosas declara que EE.UU. hará uso de “todos los medios necesarios” para defenderse en este campo.
El documento señala que EE.UU “responderá contra actos hostiles en el espacio cibernético como lo haría frente a cualquier otra amenaza”, incluyendo el derecho a hacer uso de la fuerza militar.
La estrategia de la Casa Blanca es la culminación de un gran esfuerzo por identificar de manera oficial las redes de computación que son de vital interés para el país, y que de ser atacadas electrónicamente podrían dar lugar a algún tipo de golpe de respuesta.
Recientemente, la firma Lockheed Martin, contratista de los Departamentos de Defensa y de Seguridad Nacional, informó haber sido objeto de una “tenaz y significativa” intrusión electrónica, aunque resaltó con insistencia que el ataque fue impedido antes de que los “piratas” pudieran robar o tener acceso a información importante.
Los militares trabajan ahora en concretar los planes de defensa establecidos por la Casa Blanca y aunque el coronel David Lapan, portavoz del Pentágono, declinó dar detalles dijo que lo más probable es que el documento no especifique el tipo de consecuencias que acarrearían esos ataques.”La opción militar es siempre un recurso. Pero hay otras cosas que podríamos hacer”, señaló.
Pautas estratégicas como las que ahora prepara el Pentágono sirven para proporcionar guías a los servicios militares, comandantes y agencias de defensa de manera que puedan desarrollar planes concretos y estar en condiciones de operar en un escenario muy diferente al que hasta ahora ha sido el tradicional.
El presidente Barack Obama declaró que la seguridad cibernética estaba entre sus prioridades poco después de llegar a la Casa Blanca en 2009, y llamó a desarrollar estrategias para garantizar la seguridad en Internet del gobierno, los negocios privados y el público en general.
Como resultado de esa política, el Pentágono estableció un nuevo Comando Cibernético y reconoció la creciente amenaza en ese terreno, así como la necesidad de coordinar mejor las operaciones de defensa.