Líderes de la pandilla centroamericana MS-13 tienen un nuevo problema: sus miembros en Estados Unidos no son lo suficientemente violentos.
La pandilla, con unos 10.000 miembros en Estados Unidos, es notoria por ser propensa a la violencia despiadada. La iniciación requiere compromiso con el asesinato. Y muchos pandilleros han sido declarados culpables de homicidios, algunos usando machetes para decapitar a sus víctimas.
Pero con la promesa del gobierno del presidente Donald Trump de erradicar la MS-13 y otras organizaciones criminales, los líderes de la pandilla con base en El Salvador han visto como cientos de miembros han sido puestos tras las rejas en Estados Unidos y aun números mayores han sido arrestados y acusados en El Salvador.
Ahora, están buscando aumentar los rangos de la pandilla en EE.UU. al enviar a miembros jóvenes más violentos a Estados Unidos, según funcionarios de las agencias encargadas de hacer cumplir la ley.
Involucramiento del FBI
Stephen Richardson, director asitente de la división de investigación criminal del FBI, dijo que los arrestos masivos y encarcelamientos de miembros de la MS-13 y líderes de nivel medio durante el año pasado han frustrado a los líderes de la MS-13.
“Están muy interesados en enviar jóvenes, ofensores más violentos a través de sus canales hacia este país para llevar a cabo las actividades de la pandilla”, dijo Richardson a la Comisión de Seguridad del Territorio Nacional el jueves.
Los líderes de la MS-13 operan principalmente desde prisiones en El Salvador, dirigiendo miembros en Estados Unidos o involucrandose en extorciones, tráfico de drogas y armas y otras actividades criminales. La pandilla tiene unos 40.000 miembros en todo el mundo, de acuerdo con el Departamento de Justicia.
El republicano Peter King, presidente de la Comisión, dijo que su personal había viajado recientemente a El Salvador y fueron informados por agencias policiales en ese país que los líderes pandilleros estaban “frustraros de que los miembros de la MS-13 en este país no son lo suficientemente violentos” y querían enviar “miembros más violentos” a Estados Unidos.
Richardson, citando datos de inteligencia del FBI, confirmó el informe.
“Es un pensamiento horrible”, dijo King.
El año pasado, el Departamento de Justicia indicó que 17 miembros de la MS-13 fueron acusados de una docena de asesinatos y otros crímenes violentos en Long Island, Nueva York, el distrito legislativo de King.
Raymond Villanueva, un director asistente del Servicio de Inmigración y Aduana de EE.UU., dijo a legisladores que su agencia estaba examinando informes de que la MS-13 enviará a sus miembros más violentos a Estados Unidos.
“Estamos viendo la información que estamos recibiendo y duplicando nuestros esfuerzos contra la MS-13”, dijo Villanueva a los miembros del panel.
Los funcionarios hicieron los comentarios el jueves durante una audiencia sobre el combate a organizaciones criminales transnacionales a través del compartimiento de información.
Prioridad de las agencias policiales
El presidente Trump, quien ha culpado al resurgimiento de la pandilla a las políticas indulgentes de su predecesor, ha hecho de la erradicación de la MS-13 una prioridad para las agencias policiales durante su administración.
En febrero del año pasado, Trump firmó una orden ejecutiva indicando que todas las agencias policiales federales se enfoque en las pandillas, organizaciones criminales transnacionales y cárteles. En julio, el presidente viajó a Long Island para decir a los oficiales de policía que era la política de su gobierno “desmantelar, decimar y erradicar la MS-13”.
En octubre, el fiscal general Jeff Sessions, designó a la pandilla como una prioridad para las fuerzas de tarea de la dependencia del Departamento de Justicia a cargo del crimen organizado y las drogas (OCDETF por sus siglas en inglés).
La designación permite a OCDETF, un grupo de fiscales e investigadores de varias agencias federales, usar las leyes sobre drogas, leyes sobre armas, leyes sobre impuestos y crimen organizado para investigar y enjuiciar a los miembros de la pandilla MS-13.
Como parte de su represión a las pandillas, el gobierno de Trump ha expandido la cooperación con autoridades policiales en El Salvador al igual que en Honduras y Guatemala.
En septiembre, funcionarios estadounidenses, junto con funcionarios de esas tres naciones centroamericanas, anunciaron que desde marzo habían acusado a más de 3.800 miembros de las pandillas MS-13 y la 18th Street en coordinación con agentes encargados de hacer cumplir la ley.
Sessions dijo el mes pasado que el Departamento de Justicia había asegurado las declaraciones de culpabilidad de más de 1.000 pandilleros en 2017.