Hay más de 450 pandillas activas en Los Ángeles, que en los últimos tres años han cometido más de 16 mil crímenes violentos en la ciudad.
Una organización sin fines de lucro tiene como misión rehabilitar a pandilleros -incluso a los considerados más violentos- y mostrarles que pueden tener una vida mejor.
Cuando tenía solo 12 años, la madre de Sherry García la obligó a formar parte de una pandilla, robándole su niñez.
"Comencé a proxenetear y drogarme, vender drogas", relata.
Pero la vida de Sherry cambió desde que encontró Homeboy Industries, una organización que ayuda a pandilleros a rehabilitarse y les ofrece orientación para abandonar las actividades criminales.
"Ayudan a prepararte para un trabajo y aprender cómo mejorarte. Si no hubiera venido a Homeboy, quién sabe lo que estaría haciendo ahora", explica.
"Homeboy Industries es un programa de capacitación de 18 meses para miembros de pandillas y recientemente liberados hombres y mujeres encarcelados", declaró Emily Chapa, consejera de crisis de abuso de sustancias en Homeboy Industries.
Según Chapa, los expandilleros reciben capacitación para diferentes tipos de empleos y tienen la oportunidad de trabajar en la panadería y oficinas de Homeboy. Al terminar el proceso, tienen un currículum con un historial laboral. El objetivo final es conseguirles un empleo fuera de Homeboy Industries.
El programa fue fundado por el padre Gregory Boyle, en 1992, con la misión de reducir la violencia de pandillas y ofrecerle a pandilleros una segunda oportunidad para rehacer sus vidas.
Desde que comenzó a trabajar en la organización filantrópica, Sherry dice que aprendió a perdonarse a sí misma, y está intentando perdonar a su madre, una alcohólica y drogadicta, que mantuvo una relación con un hombre abusivo que la golpeaba cuando era niña.
"Ahora tengo que pensar en mis hijas. No soy perfecta, pero quiero mostrarles una mejor vida de la que me dio mi madre, porque no quiero que crezcan como yo”.
Según reporte de la Voz de América, del año 2014, los grupos criminales compuestos por centroamericanos, aparecen en el radar de las autoridades estadounidenses cuando en 1992 se dan en Los Ángeles los desórdenes derivados del caso Rodney King, muerto a golpes a manos de la policía.
Autoridades de Estados Unidos, El Salvador, Guatemala y Honduras anunciaron en septiembre de 2017, cargos criminales contra más de 3.800 miembros de las pandillas MS-13 y 18th Street en cada un de los respectivos países, en una acción policial coordinada llamada Operación Escudo Regional.
