El Pentágono reducirá sus gastos durante los próximos cinco años en mayor medida de lo que estaba previsto, según informó el secretario de Defensa, Robert Gates.
La decisión significa que entre el 2012 y el 2016, el Pentágono recortará 78 mil millones de dólares de su presupuesto y adicionalmente restará unos 100 mil millones de dólares en ahorros internos.
Los recortes de gastos, las restructuraciones y la renuncia a determinados programas de armamento incluyen la eliminación de un nuevo tipo de blindado anfibio a un costo de unos 14 mil millones de dólares.
En una rueda de prensa, Gates señaló que “el Pentágono no puede pretender quedarse al margen del escrutinio y la presión a la que hace frente el resto del gobierno" para reducir gastos.
Lo más probable es que parte del plan encuentre oposición en el Congreso, donde algunos legisladores han rechazado en el pasado reducir programas de armamentos que generan empleos muy bien remunerados en sus respectivos estados.
De igual forma, muchos de los recién electos legisladores del movimiento republicano conservador Tea Party podrían ofrecer resistencia al proyecto.
Las asignaciones correspondientes al Departamento de Defensa representan la mayor porción dentro del presupuesto discrecional del gobierno federal.
Los números finales prevén un presupuesto militar de 553 mil millones de dólares en el año fiscal 2012, unos 13 mil millones de dólares menos de lo que el Pentágono aspiraba, pero aún así la cifra representa tres por ciento de crecimiento.
Gates también dijo que la Fuerza Aérea comprará más aviones no pilotados, el Ejército comenzará a trabajar en helicópteros del mismo tipo, y el Pentágono comprará interceptores de largo alcance para la defensa antimisiles, y avanzados sistemas de radar.
El secretario de Defensa insistió en que las mayores reducciones no ocurrirán hasta el 2015 cuando presumiblemente haya concluido la guerra en Afganistán.
Llegados a ese punto, el plan sería reducir hasta 20 mil efectivos del cuerpo de infantería de marina y hasta 27 mil miembros del ejército, lo que representaría un ahorro de unos 6.000 millones de dólares.