Un ex congresista de EE.UU. viajó a Libia en una misión que califica de privada y con la intención de convencer al gobernante Moammar Gadhafi de que renuncie.
Curt Weldon, un republicano de Pennsylvania que en dos ocasiones anteriores ya estuvo en Libia, dijo que encabeza una delegaciòn privada y que informó de su viaje a la Casa Blanca y a miembros del Congreso estadounidense.
El ex legislador llegó a Trípoli a la par que un emisario de la Casa Blanca, Chris Stevens, se reunía con representantes de los rebeldes en la ciudad de Bengasi, que en la práctica funge como capital de la oposición a Gadhafi.
Weldon, que fue representante dos décadas en el Congreso hasta el 2006, también integró una delegación bipartidista que visitó Libia en 2004 después de que Gadhafi renunció a su programa nuclear. El año pasado regresó a ese país para explorar oportunidades de negocios.
En un artículo publicado esta semana en The New York Times, Weldon, quien considera que todavía “no es demasiado tarde para actuar", dice no tener dudas “de que EE.UU. debe ejercer una participación crucial para ayudar a los libios en la creación de un nuevo gobierno".
Según el ex congresista, desde el 2004 “Washington ha desperdiciado muchas oportunidades para lograr esa meta sin derramar sangre”, y dijo que el pueblo libio no merece bombas.
Weldon afirma en su artículo que “el mundo está de acuerdo en que el coronel Gadhafi debe irse aun cuando nadie tiene un plan, no han sido echados los cimientos para una sociedad civil, y no estamos incluso ni seguros en quién debemos confiar”.
Mientras tanto, en Washington se informó que los activos libios congelados por EE.UU. superan los $34.000 millones de dólares, parte de cuyo dinero podría ser usado para cubrir necesidades humanitarias en Libia.
La información fue ofrecida David Cohen, nominado como subsecretario del Tesoro para inteligencia financiera y terrorismo, durante una audiencia de confirmación ante la Comisión de Finanzas del Senado.