Cuando el presidente Donald Trump y su esposa Melania Trump lleguen el miércoles al Vaticano para una programada audiencia de 20 minutos con el papa Francisco y los líderes de la Iglesia Católica, la pareja presidencial de Estados Unidos será recibida con mucho menos pompa que en Arabia Saudita e Israel.
Los Trump llegarán a la Santa Sede por la Puerta del Perugino, un entrada lateral del complejo, atendiendo al pedido del Papa para que los fieles no sean molestados en la Plaza de San Pedro en la víspera del Día de la Ascención.
El Pontífice mantendrá su audiencia regular de la semana en la Plaza poco después de la reunión con Trump.
La sencilla llegada refleja la voluntad tanto de la Casa Blanca como del Vaticano para disminuir las expectativas por la reunión.
Tensos intercambios
Trump y el Papa no se conocen, pero han intercambiado mordaces comentarios. En febrero del año pasado, Trump acusó al Pontífice de dejar que lo usaran como peón del gobierno mexicano en el tema de la migración
Francisco respondió cuestionando la fe cristiana del entonces candidato republicano, indicando que su plan de construir un muro en la frontera con México no tiene bases religiosas. "Una persona que solo piensa en construir muros, donde quiera que sea y no en construir puentes, no es cristiano", comentó el Papa a periodistas durante su vuelo a México.
Los comentarios papales tuvieron una dura respuesta de Trump, quien emitió una dura declaración de tres párrafos en la que advirtió que el Vaticano podía ser atacado por terroristas del Estado Islámico y luego los líderes de la Iglesia Católica estarían agradecidos si él estuviera en la Casa Blanca. "Que un líder religioso cuestione la fe de una persona es lamentable", dijo Trump.
Desde entonces los dos líderes no han vuelto a hacer comentarios, pero el Papa que es el líder espiritual de los 50 millones de católicos estadounidenses, difiere a todas luces de Trump en una serie de temas, desde el cambio climático, a los buscadores de asilo y las armas nucleares.
Cerrando la brecha
A principios de mayo, Francisco adoptó una posición más conciliadora diciendo que la próxima visita de Trump ofrecía la oportunidad para escucharse mutuamente. "Nunca he juzgado a una persona sin conocerla", dijo. "Yo diré lo que pienso y él dirá lo que piensa", agregó.
En semanas recientes ha habido tensas discusiones sobre la agenda de la reunión, y un funcionario del Vaticano dijo a la VOA que lo que buscan es evitar un contratiempo y planear una reconciliación parcial entre el Papa y el Presidente.
Para la Casa Blanca una buena visita al Vaticano ayudaría a impulsar la meta de presentar a Trump como alguien que quiere unir a las religiones cristiana, judía e islámica, en la lucha contra los militantes islamistas.
Asistentes papales dijeron al diario italiano Corriere della Sera el domingo, que "la reunión se realizará sin problemas". No obstante el diario aclaró que no sabía si el comentario era una predicción, un deseo o una plegaria.
Un funcionario dijo al diario que la presencia de Melania Trump era considerada útil por algunos asistentes papales, en el sentido de que probablemente ayudará a evitar que el encuentro sea demasiado áspero
Pero, pese a todas sus diferencias, al Papa, que es un personaje altamente político, le guía un profundo deseo de forjar unidad y tratar de construir consenso, al mismo tiempo considera la diferencia de opiniones como una dinámica útil, según observadores del Vaticano.
En Argentina, cuando era cardenal se esforzó por cultivar relaciones con políticos diametralmente opuestos y crear confianza con ellos y entre ellos, actuando como pastor.
Católicos estadounidenses
Francisco también tendrá en mente que seis de cada 10 católicos blancos estadounidenses respaldaron a Trump en las elecciones de noviembre. Ya existe una considerable tensión entre el Vaticano y los católicos de Estados unidos, especialmente por la forma como la Iglesia ha manejado el tema del abuso infantil por parte de sacerdotes.
Aunque algunos periodistas estadounidenses e italianos anticipan que el encuentro sea una contienda entre pugilistas ideológicos para ver quien gana, gente que conoce al Pontífice dice que Francisco buscará puntos comunes y se enfocará en los peligros de la globalización y la necesidad de combatir el tráfico de personas.
Austen Ivereigh, autor de un libro sobre el Papa, dijo en Sunday in Crux, un medio católico independiente de Estados Unidos, que "el Papa Francisco quiere tener una relación con los líderes mundiales, quienquiera que estos sean y cualquiera sean sus puntos de vista, de modo que cuando surja la oportunidad de trabajar juntos exista un vínculo".