El jefe de la Reserva Federal (FED), Ben Bernanke, dijo este miércoles que algunos de los problemas que están lastrando la economía de EE.UU. podrían prevalecer hasta el año próximo.
Bernanke dijo en rueda de prensa que la desaceleración económica podría ser consecuencia, en parte, del deprimido mercado inmobiliario y de otros factores que probablemente no se disipen pronto.
La FED modificó a la baja sus previsiones económicas para lo que resta de año y fijó un crecimiento que podrá quedar por debajo de 3 por ciento.
Concretamente, la Reserva federal situó entre 2,7 por ciento y 2,9 por ciento el crecimiento económico, cuando a fines de abril último las estimaciones eran de entre 3,1 por ciento y 3,3 por ciento.
También revisó las proyecciones de inflación, que ahora se proyecta entre 2,3 por ciento y 2,5 por ciento en cifras anualizadas, igualmente más altas que en abril.
La FED concluyó que "la reactivación económica continúa a un ritmo moderado, aunque levemente más lento” de lo que se preveía, sin embargo mantuvo sin cambios su política monetaria, o sea, con una tasa directriz de interés cercana a cero (0 a 0,25%).
El Comité de Política Monetaria también dijo que “los recientes indicadores en el mercado laboral fueron más débiles que lo anticipado", en consonancia con el aumentó de 9,1 por ciento del desempleo en mayo.
Bernanke también describió la crisis de la deuda por la que atraviesa Grecia como una “situación muy difícil” cuyo impacto podría rebasar las fronteras de Europa y amenazar la economía global.