Todos los viajeros no estadounidenses o sin residencia permanente en el país que arriben por tierra o mar a Estados Unidos a partir del sábado 22 de enero deberán probar que están completamente vacunados contra el COVID-19.
“Estos requisitos de viaje actualizados reflejan el compromiso de la Administración Biden-Harris de proteger la salud pública al tiempo que facilitan de manera segura el comercio y los viajes transfronterizos que son críticos para nuestra economía”, indicó el jueves el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Alejandro Mayorkas, en una declaración de prensa.
La exigencia implica a todos los que entren por las fronteras terrestres o marítimas desde México y Canadá, aunque no se requiere mostrar prueba de COVID-19.
Washington informó que ha tomado la decisión “ya que los casos de COVID-19 continúan aumentando en todo el país”. Esta semana las autoridades de salud recomendaron a los estadounidenses abstenerse de viajar a 22 destinos en todo el mundo, incluyendo varios países de la región.
El miércoles la OMS, por contra, recomendó levantar o aliviar las restricciones de viaje en todo el mundo, apelando a un informe que señala como poco efectivas estas prohibiciones y que no han detenido el avance de la pandemia, principalmente la variante ómicron.
El Título 42, una disposición de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades en EE. UU. (CDC), se mantiene vigente desde marzo de 2020 y posibilita que sean devueltos de manera expedita todos los extranjeros que ingresen de manera ilegal al país.
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