Un submarino estadounidense de propulsión nuclear llegó a Corea del Sur, en el segundo despliegue de un importante activo naval estadounidense en la península de Corea este mes, dijo el Ejército de Corea del Sur este lunes.
El USS Annapolis llegó a un puerto en la isla de Jeju aproximadamente una semana después de que el USS Kentucky atracó en el puerto continental de Busan.
El Kentucky fue el primer submarino con armas nucleares de EEUU en llegar a Corea del Sur desde la década de 1980. Corea del Norte reaccionó probando misiles balísticos y de crucero en aparentes demostraciones de que podría lanzar ataques nucleares contra Corea del Sur y los buques de guerra estadounidenses.
Entre esos lanzamientos, el ministro de defensa de Corea del Norte emitió una amenaza velada insistiendo en que la llegada del Kentucky en Corea del Sur podría ser motivo para que el Norte usara un arma nuclear contra él.
Corea del Norte ha usado una retórica similar antes, pero la declaración subrayó la tensas relaciones existentes.
El Annapolis, cuya misión principal es destruir barcos y submarinos enemigos, funciona con un reactor nuclear pero está armado con armas convencionales.
El Annapolis atracó en Jeju principalmente para cargar suministros, pero Jang Do Young, un portavoz de la armada de Corea del Sur, dijo que los ejércitos de EEUU y Corea del Sur estaban discutiendo si organizar un entrenamiento relacionado con la nave.
Mientras tanto, Corea del Norte permaneció públicamente en silencio sobre un soldado estadounidense, Travis King, que cruzó la frontera el martes pasado.
Los funcionarios estadounidenses expresaron su preocupación por su bienestar y dijeron que Corea del Norte ha estado ignorando sus solicitudes de proporcionar información básica sobre King, incluido dónde está detenido y cuál es su condición.
Los analistas dicen que Corea del Norte espera semanas o incluso meses para proporcionar información significativa sobre King para maximizar la influencia y agregar urgencia a los esfuerzos de Estados Unidos para asegurar su liberación.
Algunos sugieren que Pyongyang pudiera tratar de arrancar concesiones a Washington, como vincular su liberación a que Estados Unidos reduzca sus actividades militares con Corea del Sur.
Estados Unidos y Corea del Sur han estado ampliando sus ejercicios militares combinados y aumentando los despliegues regionales de bombarderos, portaaviones y submarinos con activos estratégicos estadounidenses, en una demostración de fuerza contra el Norte, que ha probado alrededor de 100 misiles desde principios de 2022.
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