Desde juguetes, hasta ropa, zapatos y teléfonos celulares, los estadounidenses gastan 500.000 millones de dólares anuales en productos procedentes de China, la cifra más alta en importaciones de cualquier país. Eso significa que los precios de muchos de esos productos podrían aumentar como resultado del plan del presidente Donald Trump de imponer aranceles por hasta 60.000 millones de dólares a las importaciones de China.
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que intentarán minimizar cualquier incremento de precios para los consumidores estadounidenses. En su lugar, insinuaron que los aranceles se enfocarían principalmente en productos que adquieren las empresas, y no los consumidores: Computadoras, productos de tecnología de la información, maquinaria industrial y refacciones de aeronaves.
Sin embargo, los analistas destacan que eventualmente muchas empresas pasarían los mayores costos de importación a los consumidores.
La mayoría de los electrodomésticos incluyen componentes eléctricos procedentes de China. Como los semiconductores y transistores en los paneles de pantallas táctiles y las alarmas en los refrigeradores, lavadoras y lavaplatos. Los automóviles también incluyen componentes de alta tecnología.
Alrededor de 30 de las principales cadenas minoristas, incluyendo Big Lots, Costco, Gap y las tiendas departamentales Kohl’s escribieron una carta a la Casa Blanca a inicios de la semana para argumentar que “el recurso arancelario de aplicación extensa a las importaciones desde China” podría “perjudicar a los hogares estadounidenses”.
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