El gobierno de Estados Unidos ha dicho que mantendrá su cooperación antidrogas con Colombia con independencia de los resultados de una consulta popular que podría legalizar la marihuana en el estado de California.
La declaración tiene efecto poco después de que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, manifestó preocupación por las consecuencias que pudiera tener en su país la eventual legalización por los californianos del cultivo, transporte y venta de esa droga.
El consumo de marihuana ya es legal con fines médicos en ese estado, el más poblado de Estados Unidos, con más de 37 millones de habitantes.
Dando por sentado que como resultado del referendo se despenalice la droga, Santos se preguntó cómo podría explicarle a un campesino colombiano que si produce marihuana parará en la cárcel cuando en el estado más rico de Estados Unidos es legal producirla y consumirla.
Haciéndose eco de esa inquietud, el vicesecretario de Estado James Steinberg, de visita en Colombia, dejó en claro que el gobierno del presidente Barack Obama “no apoya el referendo y espera hacer cumplir la ley federal”.
El segundo jefe de la diplomacia estadounidense dijo que es prematuro predecir cuál será el desenlace de la consulta, pero precisó que sea cuál sea “vamos a continuar en la lucha contra las drogas y contra el delito en general”.
Steinberg viajó a Colombia para concretar un “diálogo de alto nivel” a fin de fortalecer los lazos bilaterales en una amplia gama de asuntos, incluidos los temas de derechos humanos, medioambiente, energía, y democracia, más allá de los de seguridad y comercio que hasta ahora dominaron las relaciones Washington-Bogotá.